Los llamados a dar un apoyo militar a los rebeldes libios se multiplicaron en Estados Unidos, en momentos en que el régimen de Muamar Gadafi intenta recuperar el control con ataques aéreos contra los insurgentes.

El gobierno de Obama aún se muestra prudente, examinando “todas las opciones”, incluida la militar, frente a la crisis libia y pidiendo la salida del coronel Gadafi, en el poder desde hace 42 años.

La secretaria de Estado Hillary Clinton reconoció esta semana que Estados Unidos estaba “lejos de una decisión” sobre el establecimiento de una zona de exclusión aérea en Libia.

El domingo, la presión sobre el presidente Barack Obama aumentó. Al igual que el influyente senador John McCain, quien consideró que una zona de exclusión aérea permitiría “enviar una señal” de fortaleza al líder libio, el senador John Kerry dijo que dicha área debe ser fijada para evitar los ataques de la aviación libia contra los rebeldes y civiles.

“Lo último que queremos es una intervención militar, pero no creo que la zona de exclusión constituya una” intervención, dijo Kerry, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, a la cadena CNN.

“No queremos tropas sobre el terreno, ellos no quieren nuestras tropas sobre el terreno”, afirmó, y agregó que había otras formas de demostrar el poder estadounidense para doblegar a Muamar Gadafi.

Cuatro aviones estadounidenses de transporte militar C-130 están evacuando a los refugiados en la frontera con Túnez y dos buques militares están en el Mediterráneo con 1.200 marines a bordo.

“Supongo que muchas armas irán camino a Libia de una manera u otra en las próximas semanas”, dijo el senador Kerry sin dar más detalles.

El ex gobernador demócrata de Nuevo México, Bill Richardson, fue más directo y afirmó que ya era hora de “armar secretamente a los rebeldes”.

Asimismo, el ex consejero de seguridad nacional del ex presidente George W. Bush, Stephen Hadley, pidió a Washington implicarse más en la situación incluso armando a los insurgentes, que cedieron terreno el domingo ante una contraofensiva e incursiones aéreas de las fuerzas leales de Gadafi.

“Si es posible poner las armas en manos de los rebeldes; si podemos proporcionarles medios antiaéreos para que puedan establecer una zona de exclusión aérea sobre su propio territorio, eso sería útil”, dijo a la CNN.

La AFP interrogó al portavoz del Pentágono, el coronel David Lapan, quien insistió en que “todas las opciones están siendo consideradas”, aunque dijo que no compartiría detalles.

El ex ministro libio de Inmigración Alí Errishi -quien renunció poco después de que comenzara la rebelión hace unas tres semanas- consideró que Estados Unidos pudo haber perdido la oportunidad de derrocar a Gadafi porque “arrastró los pies” para ayudar a los rebeldes al inicio de la sublevación.

“Le pedimos ayuda cuando (Gadafi) estaba al límite”, dijo Errishi en el programa “State of the Union” de la CNN.

“Yo dije: ayúdennos un poco ahora, era sólo un pequeño empujón” lo que se necesitaba en medio del caos, cuando los leales a Gadafi retrocedían y varios altos funcionarios de gobierno y mandos militares abandonaban el régimen, dijo Errishi.

Estados Unidos “arrastró los pies, no sé por qué”, dijo el ex ministro.