El ALBA, bloque regional liderado por Venezuela y Cuba, quiere convertirse en un actor para resolver el conflicto político en Libia, con el que tejió relaciones privilegiadas, y planea enviar una misión de paz que según expertos llega “muy tarde” y sin “ningún peso internacional”.

El viernes, reunidos en Caracas, los representantes de los países de la Alianza Bolivariana para los pueblos de América (ALBA) comenzaron definir la creación de esta comisión que tiene que ir “lo más pronto posible a Libia”, expresó el presidente venezolano Hugo Chávez.

“Hay que hacer un esfuerzo muy grande, no podemos perder un día”, lanzó.

Pero ni Chávez, un estrecho aliado del líder libio Muamar Gadafi en América Latina, ni los ministros invitados dieron detalles sobre quién integraría la misión ni sobre los pasos siguientes de su actuación.

Expertos consultados por la AFP coincidieron en que ya es “muy tarde” para el envío de cualquier misión de paz a este país norafricano, escenario de violentos enfrentamientos entre partidarios de Gadafi y sus opositores.

Además, se mostraron escépticos sobre el “peso internacional” que podría tener esta iniciativa.

“Esa idea del ALBA llega muy tarde porque ya hay unas decisiones internacionales tomadas. Está planteada más como una comisión destinada a rescatar a Gadafi y no a proteger al pueblo libio”, estimó la internacionalista Elsa Cardozo, profesora de la Universidad Central de Venezuela.

La ONU, cuyo Consejo de Seguridad ha impuesto sanciones contra el líder libio por la represión de las revueltas, afirma que las víctimas son más de 1.000, aunque organizaciones de derechos humanos apuntan cifras muy superiores.

El envío de una misión de paz pasa por la necesaria aceptación de todas las partes en conflicto, siguió Cardozo.

“Tendría que tener representantes de países que de algún modo tuvieran credibilidad internacional y su papel sería evitar que sean necesarias presiones mayores para que Gadafi ceda el poder. Sólo así una comisión de esa naturaleza tendría legitimidad internacional”, precisó.

La oposición libia –que controla varias zonas del país, ha formado un gobierno paralelo y se enfrenta en violentos combates con las fuerzas del régimen– ya ha rechazado de plano la propuesta de mediación. Mientras que el gobierno de Gadafi dio luz verde a recibir a una misión de paz.

“Afirmamos nuestro apoyo a la iniciativa de su excelencia el presidente Hugo Chávez relacionada con la formación de una comisión de buenos oficios”, informó el canciller venezolano Nicolás Maduro, leyendo una carta su par libio Musa Kusa.

Para Julio César Pineda, ex embajador de Venezuela en Trípoli, la “afinidad ideológica de Chávez con Gadafi” es la razón principal del rechazo opositor libio.

“Si la propuesta hubiera venido de un gobierno más serio e independiente, sin ese alineamiento ideológico estoy seguro que hubiera sido recibida con otros ojos, pero ya es demasiado tarde porque Gadafi ha violentado el derecho humanitario internacional y no le queda más que irse del poder”, indicó.

Según Pineda, el ALBA no cuenta con “ningún peso internacional”, a diferencia, por ejemplo, de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), que por el momento no se ha pronunciado sobre el respecto.

“El peso de una misión latinoamericana requiere necesariamente de la participación de gigantes como Brasil, Argentina o México”, apuntó el experto.

Estos tres países apoyaron la suspensión temporaria de Libia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, hace una semana, y han sido cautelosos con sus pronunciamientos sobre la situación.

El viernes, el canciller brasileño, Antonio Patriota informó que su país apoyará medidas o acciones militares en Libia únicamente si tienen el aval de las Naciones Unidas, aunque indicó que las iniciativas en estos momentos deben centrarse en la “búsqueda de diálogo”, sin referirse a la iniciativa de Chávez.

ALBA está formado por Venezuela, Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua, Antigua y Barbuda, Dominica, y San Vicente y las Granadinas.