El último dirigente soviético y padre de la ‘Perestroika’, Mijail Gorbachov, celebra este miércoles discretamente 80 años en Rusia, ante la indiferencia de sus compatriotas que no le han perdonado la caída de la Unión Soviética.

Gorbachov iba a recibir a 300 amigos y allegados en una sala de banquetes de un centro comercial moscovita.

El principal acontecimiento se organizará, sin embargo, en Londres, el 30 de marzo en el Royal Albert Hall, con la presencia de actores, monarquías y personalidades políticas del mundo entero.

Los ingresos del concierto en el que participarán entre otros Sharon Stone, Bryan Ferry y el grupo de rock Scorpions se destinarán al centro infantil para el tratamiento de la leucemia creado por su esposa Raisa, fallecida de cáncer en 1999.

Las televisiones públicas rusas han difundido emisiones sobre la ‘Perestroika’ en las que critican al régimen actual ruso, con comentarios mitigados sobre su papel para Rusia, sin que ello representara un homenaje particular al Premio Nobel de la Paz, que para occidente permitió el fin de la Guerra Fría.

El respetado diario Kommersant no dedica ningún espacio al acontecimiento, mientras que el diario económico Vedomosti analiza en un editorial las razones de la caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), de la que la mayoría de los rusos culpan a Gorbachov.

“No son las reformas de Gorbachov las que provocaron la caída de la URSS, sino los problemas económicos”, escribe Vedomosti al subrayar que había recibido una “herencia económica pesada”.

En Ekaterinburgo (Urales), feudo del ex presidente ruso Boris Yeltsin, enemigo jurado de Gorbachov, la avenida Lenin fue rebautizada el miércoles con el nombre de Gorbachov y una pancarta colocada reza: “Gracias Gorbachov”, informa la agencia Interfax.

Pero la opinión de los rusos es implacable: más de la mitad siente indiferencia por Gorbachov, el 20% sinte “desprecio” y sólo el 10% tiene “respeto” por el padre de la Perestroika y Premio Nobel de la Paz en 1990.