La producción petrolera en Libia pasó a manos de los insurgentes opuestos al líder Muamar Gadafi, pero un rápido regreso a la normalidad del sector en el país parece descartada, estimaron analistas en Londres.

“La mayor parte del este de Libia, donde están las cuatro principales zonas de producción, en la cuenca de Sirte, ya no está controlada por los partidarios del coronel Gadafi, y está en manos de una ‘oposición’ vagamente coordinada”, recordó Catherine Hunter, del instituto de estudios IHS Global Insight.

Según esta economista, la capacidad de la región representaría más de un millón de barriles diarios, es decir dos tercios de la producción total libia.

Sin embargo, “el riesgo es que la falta de alternativa institucional al régimen de Gadafi conduzca a un colapso prolongado de la autoridad” y que la reconstrucción política se “complique debido a la lucha por el control de las infraestructuras estratégicas, como los hidrocarburos”, explicó.

“Incluso si el régimen del coronel Gadafi es derrocado, Libia debería ver su producción de crudo caer en picado en las próximas semanas”, agregó por su parte Jochen Hitzfeld, del UniCredit Bank.

Para él, “la evacuación de los trabajadores del sector por las petroleras” occidentales, llevada a cabo la semana pasada cuando la violencia se intensificaba en el país, obstaculiza cualquier reactivación rápida de las infraestructuras.

Porque Libia es muy dependiente de las compañías extranjeras, destacó David Hufton, de la correduría londinense PVM Oil Associates.

“Dado que la producción está a la merced de la experiencia de los extranjeros, y que estos últimos han abandonado el país o tienen prisa por hacerlo, es razonable anticipar una interrupción de prácticamente toda la explotación libia de crudo”, explicó.

Según IHS, la disminución de la producción libia puede estimarse actualmente entre 800.000 y 1,2 millones de barriles diarios.

“Lo que importa es lo que va a seguir, si el país cae en una guerra civil que haga inseguro el regreso de los trabajadores extranjeros y la reactivación de las instalaciones”, aseguró Hufton.

A pesar del brusco freno de producción, “buques petroleros podrían ser esporádicamente cargados de crudo desde el este del país, según las reservas de petróleo y los empleados disponibles”, admitió sin embargo Catherine Hunter.

De hecho, la oposición libia se disponía el lunes a reanudar las exportaciones con la partida de un petrolero con destino a China, según un responsable del comité local de la ciudad de Tobruk.

En un intento de aplacar el temor de los mercados, que la semana pasada llevó el barril de petróleo a los 120 dólares, Arabia Saudita, el mayor productor de oro negro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), a la que también pertenece Libia, anunció su compromiso con la “estabilidad del mercado” y a bombear más petróleo para que no haya escasez en el mercado.

Este martes, el precio del crudo para para entrega en abril del West Texas Intermediate, que se cotiza en Nueva York subía, no obstante, 44 centavos a 97,41 dólares y el de Brent del Mar del Norte, en el mercado de Londres aumentaba 62 centavos a 112,42 dólares.

Las protestas se han propagado como un reguero de pólvora desde Túnez y Egipto pasando por Libia, Argelia, Bahréin, Omán, Yibuti y Kuwait, aumentando la preocupación sobre la producción petrolera en la región.