Amnistía Internacional calificó el martes de “asesinatos” la muerte de varias personas en Túnez durante la represión de las manifestaciones en los últimos días del régimen del depuesto presidente Zine El Abidine Ben Alí.

“Se trata de asesinatos que deben ser objeto de una investigación transparente, imparcial y completa”, declaró un responsable de esta organización no gubernamental de defensa de los derechos humanos, Denys Robiliard, al presentar en la capital tunecina las conclusiones de una misión que investigó los disturbios que desembocaron en la fuga de Ben Alí, el 14 de enero pasado.

“Lo que asombra en esos decesos es que actualmente, y salvo error de nuestra parte, no hay investigación” por parte del gobierno tunecino de transición, se lamentó.

“En nuestro informe sobre los muertos del 8 al 16 de enero, se puede llegar a la conclusión de que los policías dispararon cuando sus colegas no estaban en peligro y que no se encontraban en situaciones de legítima defensa”, agregó.

“Mataron deliberadamente a manifestantes y a personas que no eran manifestantes”, agregó Robiliard, que dirigió la misión de investigación de Amnistía Internacional, del 14 al 23 de enero.

“El nuevo gobierno debe hacer que los homicidios imputados a las fuerzas de seguridad y las graves alegaciones de violaciones que los incriminan den lugar rápidamente a investigaciones exhaustivas e independientes, y que los presuntos responsables rindan cuentas”, declaró por su parte el director del programa de Amnistía Internacional para Medio Oriente y Africa del Norte, Malcolm Smart.

Una fuente vinculada al gobierno señaló el 8 de febrero 234 muertos desde el comienzo de los disturbios. Sin embargo, la represión de las recientes manifestaciones terminó con seis muertos la semana pasada en Túnez y Ben Arus, un suburbio del sur de la capital.