Los nigerinos votan este lunes en una elección presidencial que instalará a un civil en el poder, después del golpe de estado militar de febrero de 2010 en un país que, además, quiere frenar la amenaza de Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI).

El jefe de la junta militar en el poder, general Salu Djibo, que no es candidato, fue el primero en votar en la alcaldía de Niamey.

“Llamo a todos los nigerinos a elegir masivamente su parlamento y su presidente”, dijo Djibo en el momento de votar, en un llamado a los 6,7 millones de electores del país (de un total de 15 millones de habitantes), a los que expresó su “esperanza”, ya que es una “nueva era que se abre para Níger”.

Las mesas de votación deben cerrar en principio a las 18H00 GMT.

Níger es en uno de los países más pobres del mundo, donde crece cada vez más la sombra invasora de AQMI.

En unos años este país enclavado en el corazón del Sahel se ha convertido en uno de los puntos más problemáticos del planeta a causa de AQMI, que ha aumentado los secuestros de occidentales.

Hace tres semanas, en el centro de la tranquila Niamey fueron secuestrados dos jóvenes franceses que murieron en un operativo fallido realizado conjuntamente con Francia en territorio malí.

El jefe de la junta en el poder desde el golpe de Estado del 18 de febrero de 2010, el general Salu Djibo, prometió una nueva estrategia frente a los “terroristas”, ya que la “seguridad no tiene precio”.

Más o menos bien acogida por la población y amparada por una condescendencia internacional, la junta militar ha cumplido hasta ahora algunas de sus promesas más importantes, comenzando por el hecho de que ninguno de sus miembros se presenta este lunes.

Tras una probable segunda vuelta el 12 de marzo, el nuevo presidente civil sería investido el 6 de abril.

La transición hizo posible adoptar a fines de 2010 una nueva Constitución y la celebración de elecciones locales el 11 de enero.

Después de obtener buenos resultados en las elecciones locales, el opositor histórico Mahamadu Isufu, que encabeza el Partido Nigerino para la Democracia y el Socialismo (PNDS), espera repetir la hazaña.

Pero otros tres hombres figuran como favoritos entre los diez candidatos: Seini Umaru, heredero de Tandja y jefe del Movimiento Nacional para la Sociedad de Desarrollo (MNSD), partido del ex presidente; Hama Amadu, otro ex primer ministro del derrocado jefe de Estado; y Mahaman Usman, primer presidente democráticamente electo en Níger, en 1993.

Estos tres candidatos sorprendieron con una alianza con miras a la segunda vuelta y para tratar de contrarrestar el avance de Isufu.

En esta ex colonia francesa, los rivales mostraron las mismas ambiciones: combatir la pobreza que afecta al 60% de la población, poner fin a las crisis alimentarias cíclicas como la de 2009-2010 y garantizar un reparto “equitativo” de los ingresos, en especial del uranio, del que el país es uno de los mayores productores mundiales.