El presidente de Ecuador, Rafael Correa, reiteró este martes que no firmará acuerdos de libre comercio con Estados Unidos ni con la Unión Europea (UE), y confió en lograr un tratado para el desarrollo con el bloque comunitario.

“Nunca vamos a firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos ni con la Unión Europea”, dijo Correa en un diálogo con periodistas en la ciudad de Guayaquil (suroeste).

Su declaración se produce en momentos en que empresarios ecuatorianos realizan un cabildeo ante autoridades y congresistas estadounidenses para conseguir una prórroga de las preferencias arancelarias andinas (ATPDEA).

El mandatario socialista recordó que Ecuador mantiene conversaciones con la UE para reanudar sus negociaciones comerciales -de las que el país sudamericano se retiro en julio de 2009-, mientras que con Estados Unidos se estableció un “mecanismo de diálogo bilateral” para “obtener ciertos beneficios”.

Correa destacó que este último procedimiento “es innovador”, pues Washington “no acostumbra a hacer estas cosas”.

“No sé si tengamos éxito con Estados Unidos, yo estoy muy esperanzado en el éxito con la Unión Europea, que ha mostrado mucha mayor apertura”, sostuvo.

El gobernante señaló que la relación comercial con Estados Unidos está sujeta al ATPDEA, el sistema de preferencias que rige para los países andinos por la lucha antidrogas.

“Por supuesto que es un beneficio el ATPDEA, pero ¿a qué costo? ¿Por eso tenemos que firmar un Tratado de Libre Comercio?”, cuestionó Correa, indicando que en este último escenario “es mucho más el costo que el beneficio”.

El presidente ecuatoriano aseguró que su país sabrá “salir adelante si no se llega a un final exitoso” en el diálogo con la Casa Blanca.

El pasado martes, el vicecanciller ecuatoriano de Comercio Exterior, Francisco Rivadeneira, anunció que su país propondrá a Washington un acuerdo comercial diferente de un TLC durante conversaciones que mantendrán ambos países en el primer semestre de 2011.

El 22 de diciembre pasado, el Senado estadounidense evitó ampliar las preferencias por 18 meses, como aprobó la Cámara de Representantes, y lo hizo por sólo seis semanas para que no concluyeran el 31 de ese mes.