Una nueva jornada del combate antidrogas en México se saldó este sábado con la explosión de un coche bomba que mató a un policía, tres balaceras con 15 muertos y tres adolescentes heridos por el estallido de una granada que recogieron del suelo.

En el estado de Hidalgo (centro), cuatro policías fueron víctimas de una emboscada después de que un aviso anónimo advirtiera de la presencia de un cadáver en un auto abandonado en la ciudad de Tula, a unos 90 km al norte de la capital mexicana.

“Al intentar abrir el automóvil”, en el que no había finalmente ningún cuerpo, estalló un explosivo del cual todavía se están investigando las características, explicó a la AFP el alcalde de Tula, Rodolfo Paredes.

Uno de los agentes, el comandante Víctor Peña, murió; uno más sigue en estado grave, y el resto ya han sido dados de alta, dijo el gobierno estatal.

En México, se registraron cinco coches bomba atribuidos al crimen organizado en el segundo semestre del año pasado, todos ellos en el norte del país, aunque sólo uno causó víctimas mortales.

Fue en el primero registrado en el país, que estalló en julio en la fronteriza Ciudad Juárez (norte) y mató a cuatro personas e hirió a 11 más.

El ataque de Tula “presumiblemente” fue obra del grupo delictivo Los Zetas, dijo en rueda de prensa el secretario de Seguridad Pública de Hidalgo, Damián Canales.

Los Zetas, cuyos líderes son ex militares de élite, es una de las seis principales organizaciones narcotraficantes de México contra las cuales el gobierno ha desplegado a unos 50.000 militares.

Sin embargo, Hidalgo no se encuentra entre los estados más afectados por la violencia generada por la lucha antidrogas, en el marco de la cual se cometieron el año pasado más de 15.200 asesinatos, la mayoría atribuidos a disputas entre las bandas narcotraficantes.

La violencia está focalizada principalmente en los estados fronterizos con Estados Unidos como Tamaulipas (noreste), donde el viernes el Ejército protagonizó una balacera en un presunto campamento clandestino del crimen organizado, informó este sábado la Secretaría (ministerio) de Defensa.

Soldados patrullaban por un área rural de Valle Hermoso (Tamaulipas), fronteriza con Estados Unidos, cuando localizaron el refugio y fueron atacados por hombres armados. En el enfrentamiento se dio “la muerte de 10 presuntos agresores”, reportó en un comunicado la dependencia.

En el campamento fueron decomisados 24 armas largas, dos lanzagranadas, una veintena de granadas y un lanzacohetes, detalló el texto.

En el noreste de México, el gobierno mexicano reforzó con miles de militares y policías en noviembre el despliegue de seguridad ya instalado para contener la violencia de Los Zetas y otros dos cárteles que se disputan la región.

En otro enfrentamiento entre un grupo armado y militares en Torreón, también en el norte de México, fallecieron el sábado cuatro pistoleros, informó a la AFP el delegado regional de la Fiscalía General del Estado de Coahuila, Fernando Olivas.

Además, tres menores de 13 años resultaron heridos el sábado, uno de ellos de gravedad, cuando recogían casquillos y una granada en una zona de Monterrey (norte) donde horas antes había tenido lugar otra balacera entre el Ejército y pistoleros, uno de los cuales murió.

“Había un reportero de televisión filmando y los niños encontraron la granada. Uno de ellos supongo que jaló (retiró) la espoleta y explotó”, señaló a la AFP Jorge Domene, portavoz de seguridad del gobierno del estado de Nuevo León, cuya capital es Monterrey.

El gobierno mexicano está enfrascado desde fines de 2006 en una ofensiva contra el narcotráfico en la que han muerto desde entonces más de 34.600 personas.