La Galaxia Espiral M88 | Wikipedia

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Un radiotelescopio de 1.2 metros, capaz de hacer observaciones de monóxido de carbono interestelar, es la nueva adición científica que el Cerro Calán pondrá en funcionamiento el próximo viernes 21 de enero. El instrumento podrá mapear las regiones más densas de las nubes moleculares (donde se forman las estrellas) y de paso confeccionar un mapa completo de CO en el cielo austral.

Chile es la capital de la astronomía planetaria, tanto es así que nuestro Norte cuenta con decenas de observatorios y este 2011 entrará en funcionamiento el proyecto más ambicioso de la radioastronomía mundial, ALMA.

En una escala muy diferente, pero mucho más asequible, Santiago también tendrá un radiotelescopio: su nombre es 1.2 meter Southern Millimiter-Wave Telescope.

El mini, como le dicen cariñosamente los expertos debido a su tamaño, es un radiotelescopio de área pequeña cuyo objetivo es observar grandes zonas del cielo en períodos razonables, es decir, algunos años. El aparato operó inicialmente en el Cerro Tololo (región de Coquimbo) mediante una colaboración con la Universidad de Columbia, y fue trasladado a Calán entre los años 2009 y 2010.

El uso científico del radiotelescopio en Cerro Calán incluye dos grandes temas. El primero, es el estudio de las regiones más densas de las nubes moleculares, donde se forman las estrellas; para ello se ha modernizado el radiorreceptor con el objeto de permitir la observación, en frecuencias entre 86 y 115 GHz, de otras moléculas, además de CO, que trazan tales regiones.

El segundo tema relevante es la confección de un mapa completo de CO en el cielo austral, completando uno ya empezado en el Hemisferio Norte por el Centro para Astrofísica de la Universidad de Harvard.

El mapa permitirá distinguir la radiación gamma difusa producida por nubes moleculares galácticas, de aquella producida por galaxias externas con núcleo activo (AGN). Además, describirá la “pantalla” galáctica a través de la cual se observan las fuentes extragalácticas de rayos gamma, facilitando así su identificación basada en observaciones del Telescopio Espacial Fermi (2008).