La sensación entre la familia dakariana es similar a la del final de un crucero o de un viaje de estudios: todos se sacan fotos con todos, las bromas van y vienen a cada instante en los diversos lugares de encuentro y se suceden las despedidas esperando reencuentro para el 2012.

Pero todavía quedaba una estación en el recorrido. Baradero, una localidad que marca la mitad del recorrido entre Buenos Aires y Rosario (algo similar a Baquedano en la ruta Antofagasta-Calama), recibió a la caravana con el baño de vítores y felicitaciones que esperaban los más de 200 pilotos que finalizaron los más de nueve mil kilómetros de recorrido.

Asomaba como una jornada tranquila, pero la moto de Francisco López no arribaba hasta el punto de llegada, provocando el nerviosismo en el box de Aprilia y en los enviados especiales nacionales, quienes buscábamos frenéticamente alguna luz del paradero de “Chaleco”, que fue revelado por los pilotos que iban llegando y los periodistas extranjeros que estaban aguardando al piloto chileno dijeron la frase que pocos queríamos escuchar durante el día: “Problemas con ‘Chaleco’ en la parte trasera de la moto”.

Un balde de agua fría que replicó Daniel Gouet, quien fue más gráfico y lo resumió en un “cagó la moto”, aunque esperaba que su ídolo finalizara la carrera. Más tarde, Felipe Prohens repasaba lo que le había sucedido el 2009, cuando se quedó a 50 kilómetros de cerrar su primer Dakar y dejaba en claro “que así son las tuercas”.

Algo que López asumía con resignación al llegar a la meta y conversar con los nacionales. Los hermanos Prohens, Ignacio Casale, Claudio Rodríguez y otros se acercaron para escucharlo y consolarlo. Porque fue lo inesperado en un día que tenía pinta de histórico y una situación que nos hizo recordar aquello de “la moto no era lo que esperaba” dicho ayer por el motociclista en Córdoba.

Pero también había felicidad en medio de los problemas del crédito chileno. Rodrigo Caballero terminaba su primer Dakar pese a todos los dolores que vivió en el recorrido. Daniel Gouet entre los nervios y la alegría al saber que es el mejor debutante nacional en esta competición. “Poncho” López y su medida emoción al ser el primer compatriota en finalizar a bordo de una cuadrimoto, y así con cada uno de los 14 compatriotas que vieron cumplido su sueño de acabar la más exigente de las pruebas en el mundo.

Mañana será para que los pilotos disfruten de ésa alegría recibiendo la recompensa del aplauso de la fanaticada bonaerense y alcanzar la medalla que indica el exitoso final de ruta, pero el inicio de la ilusión 2012. Por ahora, las cenas y fiestas relacionadas al evento se suceden, que sirven para botar las tensiones sumadas en la ruta, como también para cambiar el chip y ya pensar en un 2011 agitadísimo en lo deportivo, aunque la página dakariana de este año recién terminará de escribirse en algunas horas más.