El juez federal de Estados Unidos que estaba entre los seis muertos del tiroteo de Tucson recibió sepultura este viernes, mientras los médicos dijeron que la congresista Gabrielle Giffords, baleada en la cabeza y blanco del ataque, continúa haciendo progresos.

Gabrielle Giffords

Gabrielle Giffords

El funeral del juez John Roll tuvo lugar un día después y en la misma iglesia de St. Elizabeth Ann Seton donde se celebró el entierro de la víctima más joven del tiroteo, Christina Taylor Green, de nueve años, saludada por el presidente Barack Obama como una inspiración para la envenenada política de Estados Unidos.

La congresista Giffords abrió por primera vez los ojos el miércoles tras la visita que le hizo Obama en el hospital University Medical Center de Tucson, y empezó a mover los brazos y las piernas, según dijeron los médicos el jueves. El equipo médico que sigue la evolución de Giffords aseguró este viernes que se mostraba “muy optimista porque (la congresista) continúa haciendo movimientos correctos en la dirección correcta”.

“Estamos muy confiados de que ahora está haciendo cierto progreso”, aseguró Michael Lemole, el neurocirujano que operó a Giffords del disparo.

Giffords fue baleada en la cabeza a quemarropa en un presunto intento de asesinato de un joven desequilibrado, Jared Loughner, de 22 años y vecino de la zona, el sábado pasado, cuando ésta se encontraba en un mitin político en las afueras de un supermercado en esta desértica ciudad de Arizona.

En el tiroteo también resultaron heridas otras 13 personas.