Noche de viernes y Buenos Aires nos recibe con una invitación a caminarla y redescubrir el sabor de la vida citadina. Es el comienzo de la despedida dakariana, que hoy terminó por cerrar todos sus misterios con los 555 kilómetros entre San Juan y Córdoba.

Fue difícil conciliar el sueño durante la madrugada. Un sorpresivo ventarrón (con rachas que recordaron las lluviosas tardes sureñas) obligó a trasladar carpas, equipos y velar que las pizarras, rejas o algún otro objeto no golpeasen las pertenencias de los viajeros. En el centro de prensa, la estructura resistió, aunque algunas amarras cedían y hacían temer lo peor.

Por la mañana, las dunas dieron inicio a la jornada, que le entregó el título a Marc Coma en un 95% (hay que pensar en que la tranquilidad de los 180 kilómetros a Baradero abren espacio a la sorpresa), que mantuvo a raya a Cyril Despres, que intentó el ataque final, pero no le bastó para recortar el terreno necesario con la notable conducción del hispano. El portugués Helder Rodrigues intentó lo propio contra Francisco López, pero no llegó a reducir ni el 10% de la distancia que le separa del nacional.

“Chaleco” vive el cierre del Dakar en medio de una mezcla de sensaciones. Porque este podio es con mayores merecimientos que el del año pasado (donde una penalización a Marc Coma le permitió llegar a uno de los escalones principales de la general), porque la regularidad le acompañó en la versión 2011, pero el diseño de la moto no le favoreció (“No ha sido lo que yo esperaba” apuntaba el nacional), quizás recordando lo ocurrido en Chilecito, cuando tuvo que esperar 30 minutos para que su moto recuperara la temperatura necesaria para poder llegar a la meta de la especial clave para recortar distancias con Despres.

Daniel Gouet encara con toda la naturalidad que le da la juventud y la ansiedad frrente a la máxima emoción de su carrera el cierre del Dakar. Aunque durante un rato, su mayor preocupación era conseguir una pulsera que le permitiera a su padre ingresar al campamento, para reencontrarse con quien le ha seguido la pista por tierra durante todo el rally.

En los autos, Nasser Al-Attiyah acaricia la victoria con el tercer puesto del viernes y dejar atrás 48 minutos a De Villiers en la general y el catarí tiene revancha por lo ocurrido el año pasado ante Carlos Sainz. Mientras, Jorge Latrach, Fernando León, Gabriel Descierra y Javier Campillay mantienen su tranco para estar presentes en el gran cierre bonaerense, al igual que el empuje de Francisco López Balart, que araña la opción del Top Ten en su primer Dakar.

“De chiquilín te miraba de afuera, como a ésas cosas cosas que nunca se alcanzan”. Así comienza “Cafetín de Buenos Aires”, un mítico tango con música de Mariano Mores que recuerda aquellas esquinas en las que una mesa y humeantes tazas de café se transformaban en lugares de reunión para aquellos que buscaban transformar la noche en día. Hoy, aquella letra sirve para reflejar las sensaciones de 14 nacionales que mañana buscarán terminar el Dakar, algunos de ellos por primera vez, cumpliendo un sueño que acariciaron desde hace largo rato, cuando muchos eran pequeños que se asomaba desde afuera a la ventana de la vida.