Altos responsables polacos presionaron a los tripulantes para que, pese a las advertencias, aterrizara el avión del presidente Lech Kaczynski que se estrelló en abril en Rusia, y uno de ellos, el jefe de la Fuerza Aérea, tenía alcohol en la sangre, reveló el miércoles la investigación rusa.

“La presencia en el cockpit de altos responsables -el jefe de la Fuerza Aérea y el jefe del protocolo- (…) constituyeron una presión psicológica sobre la tripulación, influyendo en su decisión de proceder a un aterrizaje en condiciones inapropiadas”, declaró Tatiana Anodina, jefa del Comité intergubernamental de aviación (MAK), durante una conferencia de prensa en Moscú.

“Fue detectado alcohol -una cantidad de 0,6 mg/l- en la sangre del jefe de la Fuerza Aérea”, el general Andrzej Blasik, añadió.

Por otra parte, la preparación de los pilotos del avión del presidente polaco era insuficiente, según los resultados de esta investigación.

El Tupolev 154 que llevaba al presidente Lech Kaczynski, a su esposa Maria Kaczynska y a otras altas autoridades polacas se estrelló el 10 de abril al intentar aterrizar, en medio de una espesa niebla, en Smolensk, en el oeste de Rusia. Todos sus ocupantes perecieron.

El presidente polaco debía asistir a las ceremonias del 70ª aniversario de la matanza de 22.000 oficiales polacos prisioneros del Ejército ruso por la policía secreta soviética durante la Segunda Guerra mundial en Katyn, cerca de Smolensk.