Portugal logró colocar el miércoles 1.249 millones de euros de deuda con tasas en baja para sus obligaciones de Estado a largo plazo, durante una emisión marcada por una fuerte demanda y considerada como una prueba de su capacidad de financiarse en los mercados.

Para las emisiones con vencimiento en junio de 2020, la tasa de interés exigida por los inversores alcanzó 6,716 %, contra 6,806 % durante una operación similar en noviembre pasado.

Para las obligaciones con vencimiento en octubre de 2014, la tasa de interés se estableció en 5,396%, superior al 4,041% aplicado en noviembre para una emisión del mismo tipo.

La demanda fue muy fuerte: 3,2 veces superior a la oferta para los bonos a 9 años y 2,6 veces superior para los de 3 años, según los datos del Instituto de Gestión del Crédito Público (IGCP).

Esta emisión era muy esperada a raíz de los crecientes temores sobre la solvencia de Portugal, considerado por muchos economistas como el próximo país de la Eurozona que recurrirá a una ayuda financiera internacional para evitar la bancarrota, luego de Grecia e Irlanda.