Imagen: (c)Marcelo Maragni/Red Bull Photofiles

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Este martes ninguno de los punteros llegó en los primeros lugares en motos. Este martes fue el día con más bajas en el equipo chileno, paradójicamente el último día en que se compite en el país.

Copiapó-Copiapó, decía el recorrido. El mapa semejaba un paseo, una vuelta, pero se convirtió en una de las peores jornadas en cuanto a la orografía y las condiciones de la ruta.

El primero en sucumbir de los chilenos fue Boris Garafulic que claro, se retiró ayer, pero fue en el mismo territorio donde no pudo superar las dificultades del rally. El piloto era el mejor chileno en esu categoría.

Rodrigo Ramírez se retiró también, al sufrir una fractura en el empeine. El competidor también era el mejor de su categoría, en donde ahora sólo queda Francisco López Balart para defender a los nacionales.

Otro abandono fue el de Eliseo Salazar, que a pesar de decir que no cree en la suerte, no logró superar esta etapa a pesar de haber revisado y reparado por completo el motor de su Hummer el día anterior.

El orden de llegada fue una novedad: aparecieron nombres nunca escuchados y es por dos razones. Una es que, al ser la partida múltiple, los pilotos que partieron todos juntos se perdieron en una duna, con lo que se terminaron encontrando con los que venían en los demás grupos.

La otra razón, es que los que ganan una etapa, parten ubicados en el primer lugar la próxima, lo que podría ser considerado una desventaja para muchos pilotos.

La jornada por el desierto de Atacama, que incluyó la última especial en territorio chileno antes de volver a Argentina el miércoles, se convirtió en una de las más difíciles que han debido enfrentar los pilotos que encabezan la clasificación.

El trazado de tipo bucle, con llegada y partida en Copiapó, incluyó 235 kilómetros cronometrados por un terreno de dunas en el desierto de Atacama en Chile y donde los competidores en motos largaron en grupos de 10 y 20 pilotos.