Aunque ustedes no lo crean, los enviados especiales al rally no vemos la carrera que venimos a cubrir. Todas las referencias que nos llegan al centro de prensa provienen de la información de la página oficial, de los espectadores de se ubican al lado del camino y de las redes sociales (siempre algunos más certeros que otros).

Por eso, la mañana de hoy fue esperada y aprovechada por muchos para subir a un bus y andar 60 kilómetros para acercarse al lugar de la partida y ver salir a los pilotos de las diversas categorías, gracias al formato motocross utilizado para iniciar el circuito copiapino.

La carrera en sí fue de estrategia para los pilotos de punta, quienes ya comienzan a medir a sus perseguidores y buscan ampliar su ventaja al mando de las clasificaciones. Fue el caso de Marc Coma, Cyril Despres y Francisco López, quienes anduvieron relajados y sumamente tranquilos por la ruta, reafirmado que en ellos tres se centrará la batalla por el título, y que a nadie le convenía abrir la ruta para el retorno a Argentina, por lo que el triunfo de Jonah Street fue visto con muy buenos ojos por quienes encabezan la general.

Mientras, al borde de la partida, muchos periodistas corrían para alcanzar una posición de privilegio para disfrutar como fanáticos de las tuercas que son -muchos de ellos- de una imagen que pocas veces repetirán. Otros, seguían asombrándose con la espectacularidad de la producción del evento, al ver los helicópteros de televisión y con fotógrafos que buscaban los mejores ángulos de la partida.

Cuando nos devolvíamos al campamento (y mientras los madrugadores despertares pasaban la cuenta), vimos rodar rumbo a la salida a Eliseo Salazar, que terminó por abandonar la prueba por problemas en su caja de cambios. Un poco antes, veíamos a Jorge Latrach partir la especial, la primera en la que el llamado “Piloto Rebelde” pudo “disfrutar” a pleno, según propia confesión en el domo de Chile, porque pudo pasar a varios gracias a su conducción.

En el bivouac, los mineros rescatados desde el yacimiento San José recorrían los talleres y disfrutaban de la oportunidad de conversar con sus pilotos favoritos, quienes a su vez, admiraban la fortaleza de aquellos que permanecieron atrapados casi 70 días en una notable batalla de supervivencia.

Contracaras que forman parte de una carrera que comienza su etapa final con el cruce de retorno a Argentina, que nos llevará por Fiambalá (una tierra que suele castigar a los participantes) hasta llegar a Chilecito, en donde una altísima temperatura le dará la bienvenida a la caravana dakariana, una comitiva que ya no cuenta los días de la prueba hacia adelante, sino que hacia atrás, anticipando una despedida que se torna inevitable.