Imagen por Sanja Gjenero en sxc.hu

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El cerebro sufre cambios durante la adolescencia que suprimen los miedos aprendidos en la infancia, indicó un estudio divulgado el lunes que podría explicar por qué los adolescentes a veces son tan temerarios.

Cuando los científicos compararon la forma en que un ratón joven reacciona al miedo, con respecto a la reacción de ratones aún más jóvenes o más viejos, los científicos hallaron que los adolescentes no se paralizan en la misma medida y que suprimían sus reacciones al miedo contextual.

Un examen de la actividad cerebral en los ratones adolescentes mostraron que las dos áreas del cerebro asociadas al procesamiento de las experiencias de miedo -la amígdala basal y el hipocampo- tenían menos actividad.

No se trataba de que los ratones adolescentes no consiguieran aprender a tener miedo, sino que sus cerebros no enviaban las mismas señales que los ratones adultos o niños.

“Cuando los ratones comienzan la transición a la adolescencia, ocurre una supresión del miedo contextual y de la actividad sináptica asociada”, señala el estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.

Aunque pueda ser exasperante para los padres, la respuesta temeraria podría ser útil porque ocurre en un momento en que los adolescentes están explorando y poniendo a prueba los límites de su independencia, cosa que no podrían hacer si estuvieran paralizados de miedo.

“Desde una perspectiva evolutiva, una supresión temporal del miedo contextual durante la adolescencia puede ser altamente adaptativa, ya que se produce justo cuando el ratón adopta conductas exploratorias para salir del nido”, indicó el estudio.