Un policía que resultó herido en la explosión de un oleoducto el pasado 19 de diciembre murió este lunes por las quemaduras que sufrió, con lo que aumentó a 30 el número de víctimas mortales por el siniestro, informó el gobierno del Estado mexicano de Puebla.

“Una persona más, un hombre de 25 años que era policía, murió este lunes en un hospital de Ciudad de México. Con eso suman 30 las víctimas mortales por la explosión”, dijo a la AFP una fuente del personal de la Secretaría de Gobernación de Puebla en conversación telefónica.

El 19 de diciembre, un oleoducto de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) estalló en el poblado de San Martín Texmelucan (a unos 100 km de la capital mexicana), provocando un mar de fuego que devoró todo a su paso y que ha dejado 30 personas muertas, 32 casas destruidas y 83 dañadas.

La fuente explicó que la última víctima era un policía que vivía en la zona donde se registró el siniestro, en el que también fallecieron su esposa y sus dos hijos.

“El policía tenía quemaduras en más del 56% de su cuerpo”, añadió al señalar que siguen internadas tres personas más que resultaron heridas, incluídos dos menores de edad, y su situación se reporta grave pero estable.

Según las primeras investigaciones, la explosión se desencadenó aparentemente por una perforación del ducto, resultado del robo de combustible por parte de grupos delictivos.

La estatal Pemex informó que en 2010 se detectaron al menos 614 tomas clanestinas de combustible o petróleo crudo, delito que se ha incrementado en México entre un 200% y un 300% desde 2005.