La llegada del nuevo año fue celebrada por todo lo alto en los cinco continentes, con la acostumbrada espectacularidad de los fuegos artificiales y otros típicos eventos festivos, en una fecha que tuvo como nota sombría dos letales atentados en Egipto y Nigeria.

Imagen: Ross Elliott (CC)

Imagen: Ross Elliott (CC)

En la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, dos millones de personas se congregaron para recibir el 2011 con un show de fuegos artificiales cuyo punto más destacado fue el lanzamiento del logo de los Juegos Olímpicos de 2016.

El logotipo fue exhibido en pantallas gigantes dispuestas en la playa y en grandes banderas desplegadas en la arena de este punto turístico, y al ser descubierto fue saludado por una ovación de la multitud. La nueva marca está representada por una figura formada por tres cuerpos con los colores olímpicos, en una representación de la unión y el movimiento.

En Nueva York, que apenas se recupera de un severo temporal de nieve, se estimaba una afluencia de hasta un millón de personas en los alrededores de Times Square para asistir al recuento de los últimos minutos del año.

Más temprano, al menos 100.000 personas celebraron en los Campos Elíseos de París, gritando y besándose pese al frío glacial que envuelve la capital francesa.

En Viena, cerca de 700.000 personas celebraron la ocasión en el centro histórico, mientras los fuegos de artificio coloreaban el cielo. Gran Bretaña también celebró el nuevo año con fuegos artificiales en los cielos de Londres y Edimburgo, y miles de personas festejando en las calles.

En Madrid, miles de personas se reunieron como cada año en la Puerta del Sol, para tomarse las doce uvas a medianoche. Los fumadores aprovechaban además su última noche de libertad en los cafés y restaurantes, donde el tabaco estará prohibido a partir de este domingo.

La pequeña república báltica de Estonia entró en 2011 pasando al euro, la moneda única europea, que se vio en apuros en los últimos meses por la crisis de la deuda en países como Grecia e Irlanda, que tuvieron que ser rescatados.

En Dubái, el rascacielos más alto del mundo, Burj Jalifa, se iluminó a medianoche, junto con unos fuegos artificiales espectaculares que contemplaron decenas de miles de personas.

Los festejos se inauguraron en Oceanía y Asia, cuyos habitantes fueron los primeros en comenzar el año 2011. Sidney fue la encargada de abrir el espectáculo, con una fiesta de fuegos artificiales sobre el puerto.

Un muro de fuego cubrió el célebre puente Harbour y la bahía de la ciudad, dando inicio a un espectáculo pirotécnico que utilizó más de siete toneladas de cohetes, para felicidad de las 1,5 millones de personas que lo presenciaban.

Los primeros en despedir el año 2010 fueron sin embargo los 6.000 habitantes de Kiribati, un pequeño archipiélago en el Océano Pacífico, cuya población, muy religiosa, se dio cita en las iglesias.

En Asia, unas 400.000 personas presenciaron los fuegos artificiales lanzados en la bahía de Hong Kong. Millones de japoneses visitaron a su vez los templos sintoístas para “purificarse”.

Ante las alertas sobre posibles ataques, principalmente de extremistas islámicos, las fuerzas del orden estaban desplegadas por todas partes. No obstante, la despedida del año tuvo una nota sombría debido a dos atentados, uno en la ciudad egipcia de Alejandría y el otro en Nigeria.

Al menos cinco personas murieron y 14 resultaron heridas en Alejandría en un atentado ante una iglesia. Previamente, cuatro personas murieron y al menos 12 resultaron heridas en un atentado con bomba en un cuartel de Abuja, la capital federal de Nigeria.