Desde las 08:00 de la mañana de este sábado 1 de enero, cuadrillas de barredores de papel picado, challas y otros objetos realizaban su trabajo por el bandejón central de la Alameda, a altura del Palacio de La Moneda, donde anoche se concentraron miles de personas a ver el espectacular show pirotécnico de la Torre Entel.

Entre tanto, personas que en forma particular recolectan objetos para después venderlos en los sitios de reciclaje también tuvieron su oportunidad gracias a los cientos de artículos, que las personas que concurrieron a la Torre Entel, dejaron abandonados en los tachos de la basura o colocados junto a las veredas.

Uno de los aseadores, Guillermo Villagra, dijo que trabaja para una empresa externa, y que le encargaron incorporarse a la cuadrilla para que con el ‘barre hojas’ fuera trasladando las cientos de challas, botellas y otros, y los dejara en pequeños montoncitos con el fin de que después los camiones recolectores se los llevaran.

“Entramos a trabajar a las 08:00 de la mañana. En principio la empresa quería que viniera a las 02:00 de la madrugada, pero me fue imposible porque no tenía micro a esa hora”, expresó Villagra, mientras barría con algunas complicaciones, porque se había roto una tubería en el bandejón central, frente a la calle Zenteno con Alameda.

Además dijo que el lunes habrá aún más trabajo manejando una máquina que sirve para levantar el pasto, que quedó aplastado por la presencia del público, y de esa forma poder revivirlo regándolo.

Por su parte, Cristián Gallardo, se encontraba afanoso con el escobillón barriendo el papel picado y las challas.

“Vamos recorriendo hacia el sector de la Iglesia San Francisco, acumulando el papel picado para que el camión se lo lleve. Yo habitualmente soy ‘pitonero’ o sea trabajo regando en otro sector del centro de Santiago, y fui llamado para colaborar en el barrido”, expresó Gallardo.

Pero Gonzalo Beltrán, un hombre que se gana sus pesos recolectando botellas y otros objetos para venderlos en los locales de reciclaje, estaba contento.

“Usted no me creerá, pero en ese triciclo que tengo estacionado allá en calle Zenteno reuní cerca de 200 botellas vacías de champaña, además de cartones y otros. Me va a tocar trabajo porque voy a tener caminar cargando el triciclo desde la Alameda hasta la comuna de El Bosque, donde vivo y guardo las cosas”, expresó Beltrán.

Dijo que habitualmente realiza esta labor de recolección en los basureros desde General Velásquez hasta Plaza Italia.

“Pero creo que tengo una diferencia con otros realizan estas funciones, que no bebo, porque muchos después de ir a vender lo que recolectan se lo beben”, dijo Beltrán.