El presidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva dijo el martes que los militares se quedarán en las favelas de Rio “todo el tiempo que sea necesario para garantizar la paz” en esas zonas tras su ocupación por parte de las fuerzas del orden que desalojaron a narcotraficantes.

El mandatario, que dejará el poder el 1 de enero, renovó su respaldo al plan contra el crimen organizado que lleva a cabo el estado de Rio de Janeiro, sede del Mundial de Fútbol 2014 y de los Juegos Olímpicos 2016, según declaraciones reproducidas por la prensa.

Lula dio luz verde a la participación de las Fuerzas Militares en el operativo que permitió la reconquista del Complexo do Alemao (norte) el domingo y de Vila Cruzeiro (norte) el jueves, tras una semana de tiroteos con narcotraficantes que dejaron 37 muertos.

El martes el gobernador del estado de Rio, Sergio Cabral, dijo haberle enviado una carta a Lula pidiéndole que deje las tropas del Ejército hasta cuando entre en operaciones la llamada Unidad de Policía Pacificadora, prevista para 2011.

Según el gobernador, la presencia de los militares es necesaria para que la Policía “pueda continuar haciendo el trabajo de inteligencia” en esas zonas marginales, que por décadas estuvieron sin presencia del Estado y bajo el azote de traficantes de droga.

De su lado, Lula dejó abierta la posibilidad de reforzar con más hombres el componente militar del operativo. “Si en determinado momento el comandante de operaciones entiende que es preciso más gente, vamos a atenderlo”, declaró.

En el asalto del domingo participaron unos 2.600 hombres entre policías y militares. Actualmente las Fuerzas Armadas se ocupan de asegurar los ingresos al Complexo do Alemao y Vila Cruzeiro mientras los efectivos policiales rastrillan la zona en busca de drogas, armas y traficantes escondidos.