La carne y la leche de reses clonadas o de sus sus crías “no muestra diferencias sustanciales” con los productos obtenidos de manera convencional por lo que puede puede ser consumida sin riesgos, estimó un organismo independiente que asesora al gobierno británico.

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Las conclusiones del Comité Consultivo de Nuevos Alimentos y Procesamientos (ACNFP, por sus siglas en inglés), que trabaja para la Agencia de Seguridad Alimentaria (FSA) británica, podrían acelerar la polémica comercialización de estos productos, algo que ya se hace desde 2008 en Estados Unidos.

“La ACNFP ha confirmado que la carne y la leche de animales clonados y sus descendientes no muestra diferencias con la carne y la leche producidas de manera convencional y por lo tanto es improbable que presente un riesgo para la seguridad alimentaria”, declaró Andrew Wadge, responsable científico de la FSA.

El comité señala sin embargo que se necesitarán más estudios para evaluar cómo pueden afectar a la carne y a la leche los diferentes entornos en los que se crían los animales clonados.

Al mismo tiempo, concluye que cualquier diferencia que pudiera existir entre las reses clonadas y las convencionales desaparecerían casi con toda seguridad más allá de la segunda generación.

La FSA examinará las conclusiones de este informe en una reunión prevista en diciembre junto con la reciente propuesta europea para prohibir la carne de clones y de sus descendientes de primera generación, antes de efectuar sus recomendaciones al gobierno.

El debate sobre los productos de animales clonados en Gran Bretaña estalló el pasado verano (boreal), después de que el International Herald Tribune afirmara que los ganaderos europeos empezaban a comercializar ilegalmente la producción de animales clonados, citando entre otros anónimamente a un productor británico.

La FSA lanzó entonces varias investigaciones para determinar la veracidad de estas informaciones, alegando entonces que nunca autorizó una comercialización y que tampoco se le solicitó nunca un permiso para llevarla a cabo.

La venta de productos extraídos de animales clonados y sus crías, autorizada en países como Estados Unidos, requiere según la legislación europea permisos específicos de puesta en el mercado.

El tema de la clonación siempre ha suscitado polémica entre la opinión pública europea.

Según la última investigación disponible, que data de finales de 2008, 58% de los europeos creen que la clonación para la producción alimentaria “no se justifica” y más de 43% que “probablemente no comprarán nunca este tipo de productos”.