Cinco víctimas ya han declarado en el juicio oral en contra de los detectives involucrados en la red de prostitución infantil descubierta en Valparaíso.

La última de ellas reveló que hubo ofrecimientos de dinero para silenciar a las niñas que eran explotadas sexualmente en los locales del proxeneta Carlos Parra Ruz.

En la cuarta audiencia de juicio oral declaró Gabriela, quien trabajó con el proxeneta desde los 14 años. Reconoció a 7 acusados como clientes de los locales de “El Charly”, pero aclaró que ninguno mantuvo relaciones sexuales con ella. Sí lo hizo con el fallecido detective Cristóbal Fuentes y con el único abogado imputado en ese caso, Ricardo Bravo.

Justamente, la víctima que declaró después, en carácter de testigo reservado, aseguró que Bravo le ofreció dinero a cambio de silencio.

La joven, quien entró a trabajar a los 14 años con “El Charly” y además fue su pareja, dijo que Héctor Guzmán, ex detective acusado, hizo lo mismo con Sabina Bustos, otra de las menores que ejercía la prostitución.

Aunque reconoció que las víctimas han vivido una vida muy dura, el abogado Juan Carlos Manríquez, representante del policía Sergio Jarpa, comentó que la experiencia le dice que luego de tanto tiempo y en circunstancias difíciles, con consumo de drogas, la capacidad de recuerdo puede verse afectada.

El fiscal del caso, Pablo Avendaño, dijo que las testigos que han declarado confirman los hechos que ocurrían en los locales de Carlos Parra Ruz con la participación de detectives.

Uno de los imputados que aparece en todos los testimonios como cliente de las menores es el ex detective Jimmy Gutiérrez, pero su abogado defensor Luis Ossandón aseguró que su representado no tuvo relaciones sexuales con las víctimas y sólo fue a los locales de “El Charly” a fiscalizar.

De acuerdo a los cinco testimonios durante estas audiencias de juicio oral, los detectives tenían un grado de amistad con Carlos Parra Ruz, incluso lo alertaban de las fiscalizaciones. También involucran a marinos como clientes en esta red de corrupción de menores.

Todas las víctimas han entregado sus testimonios caracterizadas con pelucas. La quinta testigo, quien reconoció a 8 detectives y cuyo nombre permaneció en reserva, llegó con grilletes y una gendarme hasta el estrado. Es que cumple una pena de seis años y un día en la cárcel de Valparaíso por robo con intimidación y violación de morada.