Un ejercicio conjunto entre la autoridad marítima de San Vicente y la empresa Enap Bío-Bío se realizó en la bahía de San Vicente, para la coordinación ante eventuales derrames de petróleo.

Simulacro de derrame en Talcahuano / Pedro Cid

Simulacro de derrame en Talcahuano / Pedro Cid

Todos los meses, los dos muelles de Enap en la bahía de San Vicente reciben alrededor de 42 naves para cargar o descargar diversos tipos de combustibles.

Es por ello que con maniobras de prevención y respuesta en una simulación de derrame desde un buque de descarga de petróleo, se busca evitar cualquier riesgo de desastre ambiental.

Un ejercicio puesto en escena a 100 metros de la playa en que se usó el buque tanque Posavina, que habitualmente carga productos limpios hacia Antofagasta, Tocopilla e Iquique, con capacidad de 50 mil metros cúbicos.

El gerente de Enap, Refinarías Bío-Bío, Alfonso Yáñez, señaló que el ejercicio fue convocado por la Armada de Chile y se realiza dentro de los planes de la empresa para situaciones anormales.

Para Yáñez, el ejercicio “ha dado muestra de los tiempos de respuesta que tenemos en conjunto para evitar situaciones no deseadas”, con el fin de minimizar el impacto ambiental con un adecuado tiempo de respuesta.

El teniente primero Gabriel Núñez, sub jefe de la capitanía de puerto de San Vicente, señaló que Enap mantiene una lancha con personal que observa cada proceso de carga o descarga, lo que agiliza la capacidad de respuesta.

Fresco en la memoria está el recuerdo del derrame de crudo que el año 2007 afectó a gran parte de la costa de la provincia de Concepción e incluso la de Arauco.

En caso de un desastre, Enap o la Armada despliegan las barreras alrededor de la flotante mancha y también una segunda, desde donde es succionada por una nave menor con equipos especializados, que separan el agua del combustible.

Simulacro de derrame en Talcahuano / Pedro Cid

Simulacro de derrame en Talcahuano / Pedro Cid