Un defensor de los derechos de la minoría árabe en Israel confesó el miércoles haber espiado para el movimiento chiita libanés Hezbolá, indica en un comunicado el ministerio israelí de Justicia.

En el marco de un arreglo entre la defensa y la acusación entregado al tribunal del distrito de Haifa, Amir Makhul “confesó y fue declarado culpable de (…) espionaje y espionaje agravado”, según el comunicado.

También admitió ser culpable de “contacto con un agente extranjero” y de “conspiración para ayudar al enemigo en tiempo de guerra”, añade el texto.

Según el ministerio, la parte civil reclama una pena de diez años de cárcel, cuando la defensa busca un máximo de siete años.

La sentencia debe ser pronunciada en diciembre.

Amir Makhul, de 52 años, dirige la ONG “Ittihah”, que agrupa a diversas asociaciones que luchan contra los derechos humanos en el seno de la comunidad árabe israelí.

Tras su detención en mayo, aseguró ser inocente y afirmó haber sufrido malos tratos “físicos y psicológicos” durante los interrogatorios.

Fue detenido en compañía de un universitario, Omar Said, quien ha sido desde entonces condenado a una pena de siete meses de cárcel tras lograr un acuerdo con la justicia.

Durante el verano 2006, Israel estuvo en guerra con Hezbolá en Líbano, conflicto que dejó más de 1.200 muertos libaneses y más de 160 en el lado israelí.

La comunidad de los árabes israelíes, descendientes de 160.000 palestinos que se quedaron en sus tierras tras la creación del Estado hebreo en 1948, cuenta con 1,2 millones de personas, es decir cerca del 20% de la población total de Israel, y se queja de discriminaciones.