A días de las elecciones en la ANFP, a uno le queda la sensación que es carrera corrida, es cierto que ya el escenario era complejo para la oposición con Mayne-Nicholls al frente, pero ahora, desarticulados, enredados y “conflictuados” en algo tan básico como tener un rostro visible, todo se hace demasiado cuesta arriba.

Harold

Anfp.cl

El discurso de la oposición se escucha débil y disperso, que la competencia no es buena, que hay prioridad para la Selección en desmedro de los clubes, que la repartición de utilidades no satisface a todos, en fin, algo esperable tras los años de gestión de Mayne-Nicholls, que si bien ha hecho muchas cosas bien, en otras no ha acertado tanto, básicamente por una política comunicacional errática y un dogmatismo demasiado marcado por el cuadernillo de Zurich.

Sin embargo, hay algo que no se puede desconocer de Mayne-Nicholls, el hombre se maneja en el terreno internacional como pez en el agua. Su estampa de hombre FIFA le ayuda no sólo a su éxito personal, sino también le allana el camino al fútbol chileno en la tan necesaria reinserción con el mundo exterior.

En los pasillos de la Conmebol, Mayne-Nicholls mostró sus “buenos oficios “ a favor de nuestro balompié y claramente ayudó a que Roberto Cereceda consiguiera una prórroga para entregar sus argumentos al Comité Ejecutivo y no sólo lo hará con un papel, sino con derecho a una defensa personal. No hay que ser un genio para entender que aquello no hubiese sido posible si la gestión hubiese estado a cargo sólo de Colo Colo o el propio jugador.

En Asunción, Franklin Lobos, uno de los 33, recibió una invitación para el Sorteo de la Copa Libertadores y el propio Mayne-Nicholls pidió que sea postulado por Sudamérica a la Orden al Mérito de FIFA. Es un hecho que el presidente de la ANFP tiene llegada y eso ayuda, porque sabrán ustedes que convencer a los caballeros de la orden guaraní no es cosa fácil. Y menos aún, llegar donde la “Señora todopoderosa” que vive en Suiza.

A menos de un mes para las elecciones de Quilín, da la impresión que la elección está ganada y aunque discrepo en muchas de las actitudes y formas utilizadas por la administración Mayne-Nicholls, creo que en esta pasada, la oposición cometió el peor de los autogoles, al no ser capaz de levantar una candidatura con liderazgo y argumentos reales para derrotarlo en noviembre.

El desafío ahora para Harold no sólo es manejar con arte y oficio el fútbol chileno más allá de la cordillera, sino también aquí dentro, ojo con las promesas, ojo con los compromisos que no se puedan cumplir y sobre todo ojo a la hora de querer administrar el CDF, porque la televisión no es armar un fixture y creer que todo se puede transmitir, sin poner en la balanza costos y beneficios.

Hay mucho por hacer, pero sobre todo hay que asumir que en Quilín no saben de todo y no están para evangelizar a periodistas, técnicos e hinchas. Han hecho mucho por el fútbol pero no han sido los únicos y quienes le antecedieron algo dejaron y hay que reconocerlos. No satanicemos ni endiosemos a don Harold, pero reconozcamos que el hombre tiene una muñeca muy hábil.