Hay que ganar estos partidos. Un pensamiento que recorrió las concentraciones de Colo Colo y Universidad Católica antes del pleito en el Monumental. Para cada cual significaba una chance de acercarse al título, por eso el festejo de los hinchas albos tras el pitazo final de Jorge Osorio en Macul.
Y es que Católica asumió desde el principio el protagonismo del partido, obligando a los albos a replegarse en el fondo, perdiendo la referencia del balón y viendo cómo el cuadro cruzado se acercaba sobre la portería de Francisco Prieto, pero fallaba notoriamente a la hora del finiquito.
Por eso sorprendió el gol de Esteban Paredes, provocado por los espacios que le entregó Arruabarrena (muy descolocado durante el partido), quien brindó los metros suficientes para la media vuelta del atacante y el golazo del jugador colocolino.
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Tras el segundo tanto albo, también de buena factura, el pensamiento de los visitantes era: “OK, vamos a ordenarnos en el fondo, salir a buscar el descuento y apretar para llegar al empate“, pero la contra letal de Cristóbal Jorquera fue la sentencia del encuentro, que tuvo en los tantos cruzados la compensación a 85 minutos en los que la UC se generó, fácil, diez llegadas netas de gol, pero cuya definición, punto a revisar por parte de Juan Antonio Pizzi (cuyo discurso, dentro de lo políticamente correcto que fue, incluyó el reconocimiento que el campeonato está muy lejos para los de la franja) fue deficiente, y que forma parte de las diferencias sustanciales que marcaron el rumbo del juego en Macul.
Colo Colo se escapa 6 puntos de Universidad de Chile y 7 de Universidad Católca, que constituyen una brecha decisiva con miras a lo que se juega en las próximas siete fechas (incluyendo el superclásico del 7 de noviembre), como también la opción para Audax Italiano, que recuperó el tranco ante San Luis de la mano de Mauro Olivi, de acercarse a la lucha por la zona alta.
Lo de la U ya es preocupante para sus hinchas. El sábado en Santa Laura repitió el mal juego de los primeros 45 minutos (hoy por hoy un clásico en el once de Pelusso) y además, no supo mantener la ventaja ante Unión, que tuvo en los veinte minutos de Kevin Harbottle el factor clave para derrotar a los azules.
La defensa azul es el flanco débil de la escuadra universitaria. Mauricio Victorino acusa el desgaste del Mundial, Copa Libertadores, amistosos con Uruguay y torneo local, con las consecuencias vistas en los goles de Unión: nadie presiona a Harbottle en el empate hispano y Canales se filtra entre los centrales para el gol de la victoria de los rojos de Santa Laura, que más allá de lo hecho por el antofagastino, mostró un cambio de actitud con los 3 jugadores puestos en la línea de ataque: Leonardo Monje, Gustavo Canales y Raúl Estévez, con el “Pipa” desbordando y ganando la línea constantemente.
En la zona baja, Everton vive sus momentos más complicados. Cayó por 4-0 ante Cobreloa, entró en zona de descenso directo y gatilla la casi segura salida de Nelson Acosta de la banca ruletera, con la obvia complicación para el conjunto viñamarino de encontrar un técnico que esté dispuesto a asumir el desafío y con la posición que ostentan los “Oro y cielo”.
Un panorama que comparte con San Luis, oncena que ve más de cerca un 2011 en el Ascenso que continuar su ruta en Primera División con la derrota ante Audax, que los deja a ocho puntos de la Promoción, con 21 por jugar.
El saldo de la jornada es el de la emoción en la parte baja, y la sensación que la victoria de Colo Colo puede acelerar la recta final de la batalla por el título.
