Un hombre amenazó con quemarse a lo bonzo ante la tardanza a su problema habitacional, derivado del terremoto. El hecho ocurrió en Penco, en la aldea donde se ubican los damnificados de la Villa Esperanza.

No se ven trabajos de reconstrucción de las viviendas de estas personas, quienes ahora están ubicados en 23 mediaguas, al lado de la cancha Baquedano.

Sus casas fueron demolidas tras el terremoto y todavía desconocen cuándo y dónde el Serviu las levantará.

Sin solución a la vista, Luis Sepúlveda González, de 53 años, se roció con combustible y amenazó con quemarse a lo bonzo.

Luis Sepúlveda está casado, pero su esposa y tres hijos viven en Concepción, porque en la mediagua no caben todos.

Agregó que un abogado del Serviu le advirtió que no tenía derecho a vivienda, lo que él descartó con papeles en mano.

Fabriziano Castro, Presidente del comité de allegados de Villa Esperanza 2, coincidió con el diagnóstico.

Caroline Flores es otra damnificada y lloró al narrar sus siete meses en mediagua, donde tapan con tablas un canal de aguas putrefactas. Cree que las autoridades los olvidaron.

Luis Sepúlveda sostiene que el alcalde Guillermo Cáceres se comprometió a gestionar una solución, de lo contrario buscará otra forma de presionar, como iniciar una huelga de hambre.