El Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Universidad Central realizó una encuesta de opinión pública en la Región Metropolitana para indagar sobre los aspectos sociales ligados a los mineros atrapados una vez que sean rescatados, pues se augura que serán objeto de una alta exposición pública que podría tener consecuencias diversas sobre ellos y sus familias.

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Ante la pregunta de cuánto debieran abrir sus vidas los 33 mineros luego de ser rescatados, un 61.7 % cree que debieran guardarse algunas cosas privadas y exponerse poco a los medios de comunicación.

Al respecto, Luis Andrés Montero, académico de la Escuela de Sociología de la Universidad Central sostiene que la gente “maneja una noción del ‘límite’. Entiende que hay cosas que no se pueden hacer públicas, no obstante, que la gente vinculada emocionalmente a los hechos considere que la vida de los mineros en su reclusión ha pasado a ser propiedad de todos”.

Asimismo, respecto a la pregunta sobre la exposición mediática que han tenido los mineros hasta el minuto, un 79,7%, consideró que ha existido un aprovechamiento de la imagen de los 33 por parte de los medios de comunicación.

Siguiendo en esta misma línea, consultados por si ellos deberían cobrar por entregar su testimonio a los canales de TV, radios y prensa escrita, la opinión está dividida. Un 52,7% cree que no deberían hacerlo, mientras que un 47,3% consideró que efectivamente tendrían que cobrar por contar su historia.

Al finalizar el estudio del CESOP, se arrojó resultados sobre la figura que más resaltó en el rescate de los mineros atrapados. En ese sentido, la opinión pública consideró que si bien todos los participantes en la mina San José se merecían un reconocimiento (un 33%), es el ministro Laurence Golborne quién se llevó la mayoría como personaje relevante del proceso, con un 31% de aprobación. Siguiéndolo un poco más lejos el Jefe de Rescate, André Sugarret, con un 19% y recién en el tercer lugar el Presidente Sebastián Piñera con un 9%.

El sociólogo destacó que “el posicionamiento del ministro Golborne en la opinión pública se sustenta en la inteligencia social que posee y que le permite hablarles a los familiares de modo simple, franco y claro, sin robar protagonismo”.