El Senado francés adoptó este viernes de forma definitiva el retraso de 60 a 62 años de la edad mínima para poder jubilarse, una de las medidas clave de la reforma impulsada por el presidente Nicolas Sarkozy, cuatro días antes de una nueva jornada de huelga y manifestaciones.

El Senado aprobó por 186 votos a favor y 153 en contra el artículo 5 del proyecto de reforma de las jubilaciones, sin modificarlo respecto a la versión adoptada por la Asamblea Nacional (cámara baja) en septiembre.

Esto significa que dicho artículo queda definitivamente adoptado, a menos que el gobierno decida retirarlo o que el Senado rechace el proyecto de ley en su conjunto, precisaron los grupos parlamentarios socialista y comunista.

“Es una etapa importante para el texto, es un artículo que ya es definitivo, es el corazón de la reforma que fue propuesta por el presidente de la República”, se congratuló el ministro francés de Trabajo, Eric Woerth.

El gobierno espera que el Senado vote rápidamente el conjunto del texto y que ambas cámaras se pongan de acuerdo sobre un texto definitivo antes de finales de este mes.

Después de aprobar el retraso a 62 años de la edad mínima legal para acceder a la jubilación, los senadores comenzaron inmediatamente la discusión de otra de las medias clave de la reforma: el artículo 6, que concierne el retraso de la edad para jubilarse con una pensión completa de 65 a 67 años.

El gobierno y su mayoría parlamentaria habían provocado la ira de la izquierda y los sindicatos al decidir examinar prioritariamente los artículos 5 y 6, para que fuesen aprobados antes de la nueva jornada de huelga y manifestaciones convocada por los sindicatos para el próximo martes.

Denunciando el fin de la jubilación a los 60 años, una medida instaurada en 1982 por el entonces presidente François Mitterrand, los senadores de izquierda franceses llamaron a una fuerte participación en las protestas.

“La movilización del 12 de octubre y de después todavía pueden hacer cambiar las cosas durante toda la duración del debate en el Senado que todavía podría durar dos semanas”, afirmó el grupo socialista francés en un comunicado.

La misma esperanza expresó el grupo comunista: “La ley está lejos de ser aprobada”.

Los senadores izquierdistas esperan ahora que la jornada de huelga y manifestaciones del 12 de octubre obligue al gobierno de Sarkozy a dar marcha atrás.

“Ustedes creen que pueden pasar por la fuerza, lo que demuestra muy poca consideración con el pueblo de Francia, quien ha demostrado en numerosas ocasiones de su historia su capacidad de resistencia”, lanzó en el hemiciclo el ex ministro comunista Jack Ralite.

El sábado 2 de octubre, durante la cuarta jornada de protestas desde principios de septiembre, salieron a las calles entre 900.000 y 3 millones de personas, según las fuentes. Contaron con el respaldo del 71% de los franceses, según un sondeo.

El objetivo es lograr el 12 de octubre “la mayor masa posible de trabajadores en movimiento”, explicó el número dos del sindicato CFDT Marcel Grignard, en cuya opinión “desde septiembre fueron probablemente cinco a seis millones de personas” las que salieron a manifestar.

Los sindicatos también convocaron una jornada de manifestaciones, ésta sin huelga, el sábado 16 de octubre.