El Blog de Pato Yáñez

 

Cuesta centrarse en el análisis futbolístico de la que pueda hacer la Selección mañana ante Emiratos Árabes luego de tantas situaciones que han desviado el foco de atención del lugar en el que debe estar: la cancha. Pero también es necesario revisar algo de lo ocurrido, que en algunos casos comienza a marcar una preocupante tendencia en el conjunto nacional.

En el caso de los jugadores de Universidad de Chile desafectados de la convocatoria de Marcelo Bielsa, hay muchos responsables.

Veamos: Gerardo Pelusso, quien constantemente expresa su molestia ante situaciones en las que supuestamente se perjudica al conjunto azul, lo que me hace recordar la frase popular “guagua que no llora, no mama”, para conseguir lo que precisa, gatillando el conflicto con aquellas frases en las que indicaba que su escuadra daba ventajas sin sus seleccionados para enfrentar a Unión Española.

Los dirigentes del cuadro universitario, quienes se suman al listado de clubes que vulneran los acuerdos del Consejo de Presidentes, en función de permitir el normal trabajo del seleccionado, al ceder sin condiciones los jugadores para que trabaje Bielsa, aunque comparto lo indicado por José Yurazeck, quien criticó la falta de un kinesiólogo en la delegación(situación observada en el partido ante Ucrania tras la partida del doctor Fernando Zamorano y que fue avalada por el presidente de la ANFP), clave para destrabar lo ocurrido con Felipe Seymour.

Harold Mayne Nicholls, al ceder el manejo de situaciones estrictamente dirigenciales a Marcelo Bielsa, quien en su afán por tener el control total de la Selección, pese a haber cedido en muchas ocasiones durante el proceso apelando a su voluntad de no perjudicar a los clubes, tras el Mundial comenzó a ampliar sus facultades y, desde los impulsos, genera reacciones que culminan en situaciones como la vista, en la que los jugadores quedaron en el medio, como el “jamón del sándwich” en un enredo dirigencial, en el que todos se preocupan de acarrear agua a sus propios molinos (sin importar las consecuencias para quienes viajaron treinta mil kilómetros para no ver minutos en cancha) en lugar de empujar el mismo carro, que al final de cuentas, beneficia tanto a los clubes (la exposición de los jugadores en la Selección puede llevarlos a nuevos mercados, lo que implica nuevos recursos para las instituciones) como a la ANFP.

Lamentable es lo que sucede con Roberto Cereceda, cuyo doping por cocaína fue confirmado durante la tarde del viernes desde la CONMEBOL. Si bien el jugador ha permanecido tranquilo en Abu Dhabi, aunque sin realizar declaraciones públicas, pese a que dentro de la privacidad del plantel niega haber consumido sustancias ilegales. Lo claro es que uno entiende la reacción humana, pero debe llegarse al fondo de lo sucedido, ya sea para confirmar lo encontrado en la orina del defensor nacional, o para descubrir irregularidades en el control antidopaje en Bolivia, situación que a la que apelarían Colo Colo y el jugador. Una circunstancia que permitió la absolución desde FIFA al volante boliviano Walter Flores, quien arrojó positivo por cocaína en Copa Libertadores.

Del fútbol, ni los enviados especiales han podido observar el equipo, por lo que sólo la apelación a la memoria emotiva o algunas certezas del proceso permiten aventurar que Luis Marin será el portero titular, Pedro Morales será el enlace, quien debe conectarse más con sus compañeros desde el inicio (ante Ucrania apareció a cuentagotas en el segundo tiempo), Rodrigo Millar al lado del volante de corte, Mark González como uno de los extremos y Héctor Mancilla al centro del ataque, lo que ayuda a pensar en un 4-3-3, que cuando la Selección tenga el balón se transforme en el 3-5-2 habitual del once nacional.

Amistoso contra equipo menor, banco de pruebas con miras a la segunda parte de la estadía de Marcelo Bielsa en nuestro país, pero lo importante para el elenco chileno es saber que, parafraseando aquella inolvidable canción mexicana, estas piedras en el camino enseñan que lo mejor es jugar y jugar.