Una amenaza de bomba que resultó ser falsa obligó este viernes a evacuar el Congreso de Ecuador, que un día antes retomó sus sesiones tras la rebelión policial del 30 de septiembre en la que su sede fue tomada por uniformados sublevados.

La directora de Comunicación del Congreso, Julia Ortega, dijo a periodistas que una llamada anónima alertó sobre la presencia de un artefacto explosivo en el sitio, por lo que se procedió a verificar.

Pero “no existió tal situación”, agregó la portavoz.

El jefe de la escolta legislativa, Zanoni García, manifestó que uniformados descartaron la amenaza de bomba y el personal del Parlamento reanudó sus labores.

El jueves, los diputados reiniciaron sus sesiones tras fracasar las reuniones convocadas en la última semana por falta de garantías después de que un grupo de policías se rebeló, en un hecho calificado de intento de golpe de Estado por el presidente Rafael Correa y la Organización de Estados Americanos (OEA).

El 30 de septiembre Correa fue agredido por manifestantes y luego retenido en un hospital, siendo rescatado en una operación militar que dejó diez muertos y 274 heridos, según el gobierno.

Los policías en rebeldía tomaron varios regimientos, incluido el principal de Quito, y la sede del Legislativo, mientras que varios militares bloquearon la pista del único aeropuerto capitalino, siendo suspendidas las operaciones aéreas.

Tras el hecho, los policías que integraban la escolta parlamentaria fueron reemplazados por militares al amparo de un estado de excepción.