El gobierno de Ecuador aseguró el jueves que no busca perseguir a sus opositores con la investigación iniciada por la Fiscalía tras la rebelión policial de hace una semana, que el presidente Rafael Correa y la OEA denunciaron como un intento de golpe de Estado.

“El gobierno no tiene ningún afán de persecución, revanchismo ni venganza”, dijo a periodistas el secretario jurídico de la presidencia, Alexis Mera, ante la indagación fiscal, dentro de la cual 13 policías y un dirigente político están detenidos bajo sospecha de rebelión.

“Está claro de que esto no es un capricho del presidente Correa”, agregó. Durante la insubordinación, el mandatario fue agredido y secuestrado por manifestantes, siendo rescatado en una operación militar en la que se registró una intensa balacera.

La sublevación dejó diez muertos y 274 heridos, de acuerdo con el Ejecutivo, que culpa de la tentativa golpista al ex mandatario Lucio Gutiérrez.

La pesquisa busca “simplemente que se cumpla la ley y que retorne la paz a los cuarteles”, subrayó Mera.

Correa, en el poder desde 2007 y reelegido hasta 2013, ha anunciado que “no habrá perdón ni olvido” y que hará acusaciones particulares.

El secretario jurídico apuntó que el gobernante presentará esas demandas cuando se agoten las pruebas de descargo de los investigados por la Fiscalía, la que pidió el arresto de 46 uniformados, de los cuales once no han sido localizados y 13 están detenidos por tres meses.