El Consejo Constitucional de Francia validó el jueves la ley que prohíbe el velo integral (burka, niqab) en los espacios públicos, juzgando no obstante que no se podía aplicar en los lugares de culto abiertos al público.

Imagen: Tinou Bao en Flickr

Imagen: Tinou Bao en Flickr

El Consejo juzgó que “la prohibición de disimular su rostro en el espacio público no debe restringir el ejercicio de la libertad religiosa en los lugares de culto abiertos al público”, según un comunicado.

Con excepción de esta “reserva”, el Consejo constitucional juzgó la ley presentada “conforme a la Constitución”.

Esta decisión abre la vía a la promulgación de la ley. La prohibición en sí sólo entrará en vigencia en el segundo trimestre de 2011, tras seis meses de “mediación” y “pedagogía”.

El 14 de septiembre, el Parlamento francés adoptó definitivamente, con una última votación en el Senado, la ley que prohíbe el uso del velo islámico integral en los espacios públicos de Francia, donde reside la mayor comunidad musulmana de Europa.

El Senado no aportó modificaciones a la versión aprobada dos meses atrás por la Asamblea Nacional (cámara baja).

Quienes se opongan al cumplimiento de esta ley serán multados con 150 euros (unos 190 dólares). Los maridos o concubinos (u otra persona) que obliguen a sus parejas (o esposas) a usar el velo, podrán ser condenados a un año de cárcel y a 30.000 euros (cerca de 40.000 dólares) de multa.

Toda persona que obligue a una mujer a velarse puede ser condenado a un año de cárcel y a 30.000 euros de multa.

Estas penas se duplican cuando la persona forzada a cubrirse integralmente es menor.

Según los juristas, la ley se exponía a una censura del Consejo constitucional y Francia a una condena por parte de la Corte europea de derechos humanos, que considera que toda persona puede vivir de acuerdo a sus convicciones si ello no causa perjuicios a otros.

El debate francés se propagó a Europa, ya que otros países (España, Holanda y Suiza) reflexionan acerca de una prohibición, votada únicamente por el momento en Bélgica.

La iniciativa, lanzada inicialmente por un diputado comunista y retomada en 2009 por el presidente francés, el conservador Nicolas Sarkozy, había sido aprobada en julio por aplastante mayoría en la Asamblea Nacional.

El burka o el niqab son dos formas del velo islámico integral que cubren de la cabeza a los pies y tienen una apertura a la altura de los ojos o una rejilla para poder ver.

“Vivir la República con el rostro descubierto es un asunto de dignidad e igualdad”, había afirmado ante la cámara Alta la ministra francesa de Justicia, Michelle Alliot Marie, al defender la iniciativa.

Según fuentes oficiales, sólo unas 2.000 mujeres en Francia, muchas de ellas francesas convertidas a la fe musulmana, usan el burka o el niqab, una práctica que además no corresponde a un precepto del islam.

Algunos se preguntan además sobre cómo puede hacerse cumplir en la práctica una prohibición de esta índole, en particular en los suburbios de fuerte presencia musulmana.

Pese a que condenó el uso de los velos islámicos integrales –’burka’ y ‘niqab’–, la mayoría de la oposición francesa de izquierda se negó a participar en la votación, aludiendo a los riesgos de “inconstitucionalidad”, tanto en Francia como en la Unión Europea, de una prohibición general, y de “estigmatización” de la importante comunidad musulmana instalada en Francia, la mayor de Europa con unos seis millones de personas.