El presidente de Ecuador, Rafael Correa, amplió un estado de excepción decretado el jueves pasado en el marco de una revuelta policial, en tanto se divulgaron grabaciones que hablan de la intención de supuestos agentes de asesinar al mandatario durante esa rebelión.

Correa, que denunció la sublevación como un intento de golpe de Estado, prorrogó hasta el viernes la medida de excepción que vencía este martes, acogiendo un pedido del Congreso que adujo falta de garantías al constatar sus directivos que insurrectos seguían encargados de la seguridad del edificio.

La medida habilitó a los militares a cumplir tareas de la Policía, por lo que el martes la escolta legislativa fue relevada de sus funciones por soldados.

“La Policía que estuvo aquí ha perdido toda mi confianza”, dijo el presidente de la Asamblea, Fernando Cordero, quien suspendió las sesiones hasta el jueves.

Cordero recordó que el Parlamento fue tomado por insubordinados durante la protesta que dejó 10 muertos y 274 heridos.

Los policías se sublevaron para exigir la derogatoria de una ley que eliminó bonificaciones para todos los servidores públicos, llegando a retener a Correa en un hospital donde se refugió por varias horas tras ser agredido cuando intentaba aplacar a los manifestantes en un regimiento de Quito.

En paralelo con la entrada en vigor de la norma, el lunes el gobernante aumentó los sueldos para policías y militares en cuatro rangos como parte de una homologación salarial pendiente desde 2008.

Tras la revuelta Correa, quien fue rescatado del hospital en un violento operativo militar, denunció un intento de golpe de Estado y asesinato, y responsabilizó al derrocado ex mandatario Lucio Gutiérrez, quien negó la acusación.

Este martes fue detenido preventivamente el mayor en retiro del Ejército Fidel Araujo, militante del partido Sociedad Patriótica de Gutiérrez, dentro de una investigación por los hechos a la ya habían sido vinculados tres coroneles de la Policía.

Entretanto, un día después de que opositores intentaran minar las denuncias de Correa, se conocieron grabaciones de la radio de la Policía en las que supuestos agentes instigaban a matar al presidente durante la rebelión.

“¡Que lo maten a Correa para que se acabe esto, que lo maten a Correa y se acaba!” y ¡”Mátenle, mátenle al presidente!”, son algunos de los mensajes entre sublevados que contiene un registro de media hora difundido por la agencia pública Andes.

“No le dejen salir a ese hijo de puta, primero que firme (las peticiones de la Policía) de ahí (que) salga; si no, sale muerto ese cabrón”, señala una voz.

“Ese señor no sale sin firmar, sin firmar las atribuciones que le corresponde a la Policía Nacional, ese señor tiene que darnos la atribución completa, ese señor tiene que asegurarnos nuestra amnistía completa, tiene que asegurarnos nuestra supervivencia”, añadió otro hombre.

En la misma cinta se escucha a personas que coordinaban a los sublevados para enfrentar al Ejército, mientras otras llamaban al orden.

“A ver compañeros, no hablemos de asesinato”, “Mantengan el orden, permitan que salga el presidente” y “Déjenle que se vaya esa mierda de presidente”, rezan otros mensajes.

Entretanto, el canciller Ricardo Patiño dijo el martes que cree “firmemente” que Estados Unidos no estuvo detrás del intento de golpe, apartándose de las denuncias de los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez; y de Bolivia, Evo Morales, rechazadas por Washington.

“Yo creo firmemente que el señor (presidente de Estados Unidos Barack) Obama no habrá tenido nada que ver con esto. Espero, confío en que sus principales autoridades tampoco”, señaló el ministro a corresponsales extranjeros.

Pero no descartó que “grupos de poder” estadounidenses que no identificó hayan participado, y llamó la atención sobre una unidad antidrogas de la Policía -entrenada por oficiales norteamericanos- que tomó el aeropuerto de Quito.