El presidente estadounidense Barack Obama llegó este domingo a la ciudad de Nueva Orleans, que cinco años después aún lucha contra las consecuencias del devastador paso del huracán Katrina, y se comprometió a mantener la ayuda para la reconstrucción.

Foto: cubamatinal.es

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Obama comprometió a su gobierno a trabajar en la restauración de la ciudad “hasta que el trabajo esté terminado”. El mandatario pronunció un discurso en la universidad Xavier de Luisiana que fue anegada por las aguas durante dos semanas hace cinco años.

Obama voló directamente desde su lugar de vacaciones, en Martha’s Vineyard Island, Massachusetts, a la histórica ciudad, famosa por el jazz, que sucumbió al caos el 29 de agosto de 2005, cuando las aguas empujadas por el huracán Katrina rompieron los diques que la protegían.

A pesar de que se ordenó la evacuación de 1,4 millones de residentes, muchos no pudieron o no quisieron abandonar sus hogares. Más de 1.500 murieron.

“Se está recuperando, pero hay mucho por hacer”, dijo sobre la ciudad el portavoz de la Casa Blanca Bill Burton. La población actual de Nueva Orleans apenas llega al 80% de la que había antes del pasaje del huracán de categoría 5.

Obama también renovó “el compromiso de la nación” con una región que recientemente se vio afectada por el peor derrame petrolero de la historia.

Antes de la llegada del presidente, la Casa Blanca señaló su compromiso con el área, e hizo referencia a los esfuerzos para ayudar a las familias que aún viven en refugios temporarios a encontrar viviendas permanentes.

La Casa Blanca informó asimismo que el gobierno había otorgado subsidios para fortalecer los sistemas de salud y de justicia locales, poner en marcha programas para mejorar el manejo de situaciones de emergencia y reconstruir 350 km de diques.

Muchos en la ciudad argumentan, sin embargo, que las inundaciones que causaron la devastación se produjeron porque los diques que había antes de Katrina fallaron, y que reconstruirlos con los mismos estándares será inútil.

Por su parte, el alcalde de la ciudad, Mitch Landrieu, declaró que “perdimos a 1.800 personas en el peor desastre causado por el hombre que haya golpeado a este país”.

“Seguimos de pie y jamás, absolutamente jamás, abandonaremos” la tarea. Si no podemos reconstruir el Lower Nine (el barrio más pobre de la ciudad, habitado en 99% por negros), entonces no podremos reconstruir el país”, añadió.