Fiscales ambientales brasileños confiscaron 1,4 toneladas de aletas de tiburón en un puerto del estado nordestino de Pará que tenían como destino la industria alimenticia de Hong Kong, informó este viernes el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama).

La carga fue encontrada en un puerto de la ciudad de Belem y sería exportada a Hong Kong “donde el producto es utilizado en la industria alimenticia”, explicó el Ibama en un comunicado.

“El exportador no pudo demostrar el destino correcto de las carcasas de los tiburones (sin sus aletas), lo que revela que los animales fueron víctimas de ‘finning’”, que es cuando el pescador corta una parte y arroja el resto del animal en el mar, afirmó el biólogo Gunther Barbosa, del Ibama. Este acción está prohibida por las normas del ente regulador.

La empresa exportadora fue multada con 128.000 reales (unos 73.063 dólares) y las autoridades confiscaron la carga de aletas, que está valuada en 80.000 reales (45.664 dólares).

El valor comercial que la aleta de tiburón tiene en mercados externos (principalmente en países de Oriente) es un precio muy superior al resto del escualo, y por eso muchos pescadores las cortan y tiran el animal amputado al mar.