Antonio Pernías, ex oficial de inteligencia de la marina argentina, confesó el jueves ante un Tribunal que la orden dada por el alto mando durante la dictadura argentina (1976-1983) era no dejar a nadie con vida, entre los prisioneros y disidentes.

Pernías, acusado de actuar en el secuestro, tortura y desaparición de dos monjas francesas, entre decenas de delitos de lesa humanidad, mencionó desde el banquillo que la orden de exterminio le fue revelada por un vicealmirante y jefe de operaciones navales, José María Mendía.

“Mire Pernías (le dijo el vicealmirante), a mi me dieron la orden de que no tenía que quedar ninguno”, relató a los jueces, en otra sesión del megajuicio oral de la causa “Escuela de Mecánica de la Armada”, uno de los mayores centros de apremios ilegales y aniquilamiento de detenidos políticos en Argentina.

Unas 5.000 personas estuvieron detenidas ilegalmente en la ESMA y sólo sobrevivieron un centenar, sobre un total de 30.000 desaparecidos en el país en aquella época, según organismos de derechos humanos.