A 6 meses del terremoto la normalización de la ciudad es lenta y la calidad de vida de los habitantes del Gran Concepción se ha visto notablemente afectada. Los sampedrinos están aferrándose al único viaducto que quedó disponible, el puente Llacolén, y deben pasar lentamente por éste con el temor de encontrarse en un lugar no seguro.
Concepción observa como una de sus principales avenidas, O’Higgins, está cerrada hace medio año debido al colapso del la torre que lleva su nombre y que es una de las portadas de la destrucción del sismo, junto a otros 8 edificios que colapsaron. La demora en la reparación de calles y veredas ha sido difícil de sobrellevar y es un golpe fuerte para las comunas que ven la lentitud de los cambios en el Gran Concepción.
Esta en la crónica de Tatiana Risso