El gobierno prepara una estrategia para que los 33 mineros atrapados en el yacimiento San José aguanten física y psicológicamente los cuatro meses que se calcula estarán bajo tierra mientras son rescatados, en una situación definida por uno de ellos como “un infierno”.

Foto: radionostalgica.cl

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El plan contempla estrategias para tenerlos ocupados y un programa de ejercicios físicos para mantenerlos en forma y quepan por el estrecho ducto de 66 de diámetros que se construirá para sacarlos dentro de tres o cuatro meses, uno a uno, desde los 700 metros de profundidad donde se encuentran.

Luis Urzúa, uno de los mineros atrapados desde el 5 de agosto en San José, habló el martes con el presidente Sebastián Piñera, a quien le dijo que “estamos esperando que todo Chile haga fuerza para que nos puedan sacar de este infierno”. “Señor presidente, nosotros necesitamos que tengan fuerza y nos rescaten lo antes posible y que no nos abandonen”, agrega Urzúa en nombre de sus compañeros.

En la conversación de 18 minutos, desde un citófono instalado a través del pequeño ducto de comunicación con el fondo de la mina hasta un teléfono en el palacio presidencial en Santiago, Piñera le dijo a Urzúa que “no vamos a hacer nada que comprometa su vida”. “Ustedes no van a estar solos ni han estado solos un solo momento”, agregó.

El martes en la noche las familias recibieron cartas de los mineros atrapados, donde en particular conmovió la de Juan Illanes, que le propone a Carmen Baeza -con quien convive desde hace 25 años- que tengan un matrimonio católico y en la cual le dice que “es un milagro” que él esté vivo.

Los mineros no saben aún que deberán aguardar unos cuatro meses para poder salir al exterior. Y el gobierno es consciente de que hay que trabajar en todos los aspectos -físicos y psicológicos- para que salgan bien de esta situación.

El ministro de Salud, Jaime Mañalich, explicó que tras una primera etapa de “recuperación nutricional”, comienza una especie de terapia ocupacional para ellos, que se les comunicará a través de las sondas. Por ahora, señaló, los mineros han recibidos batidos con sabor a chocolate y frambuesa además de bebidas, un primer paso antes de empezar a darles alimentos sólidos en unos cuatro días, dijo Mañalich.

Los mineros ya recibieron cuestionarios de evaluación médica y recibirán recipientes para tests de orina, tensiómetros y termómetros para saber con más precisión sobre su estado de salud. El ministro señaló igualmente que se les pidió delimitar sus zonas en tres: una para descanso, otra para trabajo y otra para desechos. “Luego empieza una etapa de rutinas de ejercicios todos los días”, explicó Mañalich.

En el interior del yacimiento los mineros tienen un espacio para moverse de unos 1,5 kilómetros de extensión y están sometidos a altas temperaturas y humedad. En el tiempo que dure su rescate sólo se iluminarán por medio de linternas.
“El programa incluye cantos, juegos con movimientos, naipes, lápices y todo lo que pueda ser utilizado por ellos”, explicó Mañalich.

De momento no se les ha informado del largo tiempo que se extenderá el rescate y se les pidió a sus familias escribirles sólo mensajes de aliento, dejando fuera cualquier cosa que pueda inquietarlos. Mañalich señaló, no obstante, que por su larga experiencia los mineros deberían intuir que su rescate se prolongará por un largo periodo.

“Vamos a ir explicándoles paso a paso en qué estamos. Quisiéramos decirles la verdad, pero una vez que tengamos claro de qué estamos hablando”, dijo.

Mientras se prepara todo este operativo, autoridades regionales colaboran con las familias para empezar a generar ingresos, especialmente porque los mineros no podrán volver al trabajo en mucho tiempo. Una de las propuestas es que los familiares registren las marcas alusivas a la tragedia, especialmente la de “Estamos bien en el refugio los 33″, mensaje que salió en una de las sondas y que fue el testimonio de que todos vivían.

Los ingenieros preparan el terreno para comenzar este fin de semana a perforar el agujero de 66 centímetros de diámetro hasta llegar a los 700 metros de profundidad.

El martes, Piñera dijo que los mineros “probablemente no van a estar con nosotros en la superficie para el bicentenario, pero sí van a estar con nosotros para la Navidad y el Año Nuevo”.