Los insurgentes hicieron una demostración de fuerza, menos de una semana antes del fin de la misión de combate del ejército estadounidense, haciendo estallar el miércoles 14 coches bombas en diferentes ciudades de Irak que causaron la muerte de 53 personas, en su mayoría policías.

Foto: AFP

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Esta serie de atentados, que recuerda a los momentos de mayor intensidad de la insurrección en 2006 y 2007, podría parecer contradictoria con ciertas afirmaciones de las autoridades estadounidenses, para quienes las fuerzas iraquíes son capaces de garantizar la seguridad del país.

Las explosiones de unos 14 coches bomba en 10 ciudades diferentes de Irak causaron la muerte de por lo menos 53 personas, principalmente policías, e hirieron a unas 280 más.

El martes, los efectivos de las tropas norteamericanas en Irak habían sido reducidos a menos de 50.000, antes de la declaración del fin de las operaciones “de combate” que tendrá lugar la semana próxima.

Siete años después de la invasión de Irak, y en momentos en que el país carece de gobierno desde las elecciones de marzo pasado, la violencia parece estarse incrementando de nuevo desde hace dos meses.

Este miércoles, el atentado de mayor envergadura tuvo como blanco una oficina que expedía pasaportes en Kut, 160 kilómetros al sudeste de Bagdad. En él murieron 15 policías y cinco civiles, mientras que 90 personas resultaron heridas, según una fuente policial.

En la capital, un coche bomba estalló cerca de un puesto policial del barrio de Al Qahira, con un saldo de 15 muertos, entre ellos ocho policías, y 58 heridos, según el ministerio del Interior.

También estallaron coches bomba en la ciudad petrolera de Kirkuk (240 kilómetros al norte de Bagdad), en Basora (extremo sur), en los suburbios de la ciudad santa chiita de Kerbala (110 kilómetros al sur de Bagdad), en Dujail, a 60 kilómetros al norte de la capital, y en Muqdadiya, en la provincia de Diyala.

En esta última localidad, a 90 km al noreste de Bagdad, la explosión de un coche bomba mató a tres civiles al paso de una patrulla policial. Cuando el ejército llegó al lugar, estalló otro coche, hiriendo a seis militares.

Poco después de asumir el poder en 2009, el presidente estadounidense Barack Obama prometió que su país terminaría las operaciones de combate en Irak hacia fines de agosto, poniendo fin a la “Operación Libertad Iraquí”, y que en ese momento las tropas bajarían a menos de 50.000 efectivos.

El actual nivel de tropas estadounidenses en Irak es menos de la tercera parte de la cifra más elevada, que fue de unos 170.000 soldados en 2007, cuando Irak era devastada por una brutal guerra en la cual perdieron la vida miles de personas.

El ejército estadounidense ha retirado a decenas de miles de soldados del país en los últimos meses, y la última unidad estadounidense designada como “brigada de combate” partió de Irak y entró a Kuwait el jueves.

Todas las brigadas de Estados Unidos que permanecen en Irak son catalogadas actualmente de brigadas para “asesorar y asistir”, como parte de los planes norteamericanos para ayudar a entrenar y fortalecer a las fuerzas iraquíes antes de una retirada completa que debería tener lugar a fines del año próximo.