La Comisión Europea informó que el embargo de comercialización de productos derivados de foca entró este viernes en vigor en la UE, pero que no se aplicará por ahora para las organizaciones de cazadores y comerciantes que denunciaron la medida ante la justicia europea.

Protesta contra caza de focas | KGX

Protesta contra caza de focas | KGX

“El embargo entra en vigor hoy (viernes), pero no se aplicará a los demandantes”, indicó una portavoz de la Comisión Europea, acatando una resolución del Tribunal General de la Unión Europea (UE).

La corte decidió el jueves suspender de forma cautelar el embargo sobre el comercio de productos derivados de foca para los que habían demandado esta medida, entre éstos el Inuit Tapiriit Kanatami (ITK), la principal organización de inuits de Canadá, un pueblo autóctono de las regiones árticas.

Las partes disponen de un plazo de hasta el 7 de septiembre para presentar sus observaciones ante el tribunal, con sede en Luxemburgo. “Justo después, podría celebrarse una audiencia” sobre el caso, según la misma portavoz del ejecutivo comunitario.

El embargo de la UE, decidido en julio de 2009 bajo presión de los defensores de los animales que denunciaron la “crueldad” de los cazadores, había sido recurrido por el ITK y otras 15 organizaciones o individuos, basadas en su mayoría en Canadá, Noruega y Groenlandia.

Este asunto ha enturbiado las relaciones entre la UE y Canadá, cuyo gobierno, defensor de sus cazadores de focas, anunció que solicitará a la Organización Mundial del Comercio (OMC) que cree un comité especial para solventar el diferendo.

Aunque el embargo europeo contiene una cláusula que autoriza la venta “con fines no lucrativos” de los productos que proceden de la caza tradicional de los inuits, los autóctonos estiman que los consumidores europeos no harán tal distinción y dejarán simplemente de comprar estos artículos.

El cierre de los mercados de la UE se suma a los embargos decretados anteriormente por Estados Unidos y México, principales socios comerciales de Canadá.

Las aguas canadienses contaban en 2009 con unos 5,6 millones de focas de Groenlandia, la principal especie blanco de la caza comercial, frente a cerca de 2 millones a principios de los años 70.

Según Ottawa, 6.000 canadienses practican esta caza que les aporta unos 10 millones de dólares canadienses anuales (9,6 millones de dólares estadounidenses), de los cuales el 25% proceden de sus ventas en Europa.