La campaña lanzada por todo Japón para censar a las personas mayores de 100 años desembocó en un nuevo descubrimiento macabro: los restos de una mujer que se suponía tenía 104 años permanecían en la mochila de su hijo desde hacía 10 años.

Anciano japonés | Camera Freak

Anciano japonés | Camera Freak

Hace algunas semanas, cuando funcionarios municipales fueron a felicitar a un anciano por su 111º aniversario, se encontraron con que éste había muerto hacía más de 30 años y que sus restos habían sido momificados.

Desde ese entonces se encargó a las municipalidades que verificasen que las personas registradas con más de 100 años estuvieran vivas. Según los primeros resultados de la investigación, más de 300 habrían “desaparecido”, probablemente muertas desde hace lustros.

Algunas familias son sospechosas de haber omitido voluntariamente declarar sus muertes para continuar recibiendo la pensión de jubilación.

El último caso de éstos, señalado el viernes por los medios de comunicación japoneses, fue el hallazgo por la policía de Tokio de los restos en la mochila de su hijo de una mujer que se suponía tenía 104 años.

El hijo, de 64 años de edad, declaró a los investigadores que su madre había muerto hacía 9 años, pero que no tenía el dinero necesario para pagar su funeral.

“Murió en casa alrededor de junio de 2001″, dijo. “Conservé su cadáver un tiempo, luego lo lavé en la bañera y le rompí los huesos para meterlos en una mochila”.

“Como no tenía dinero para el funeral, no declaré su muerte”, afirmó a la policía, según el periódico Sankei Shimbun.

Según la agencia de prensa Jiji y otros medios, la policía abrió una investigación por mutilación y fraude a las pensiones de jubilación.

Durante estos tres últimos años, la municipalidad había enviado a la difunta regalos de cumpleaños por un valor de 150.000 yenes (casi 900 mil pesos chilenos).

En Japón, es tradición hacerle regalos a los centenarios por su cumpleaños.

El archipiélago cuenta con más de 40.000 centenarios en una población de 127 millones de habitantes, que bate los récords de longevidad: 88,4 años para las mujeres, primer lugar en el mundo, y 79,59 años para los hombres, quinto lugar.