Ecuador realiza estudios para la eventual explotación de una reserva petrolera en la Amazonía, en caso de que fracase su propuesta de obtener una compensación internacional a cambio de mantener bajo tierra el crudo en esa zona, dijo una fuente oficial.

“Hacemos estudios de medioambiente y de relaciones comunitarias. En el caso de que fracase el plan A y el presidente o la Asamblea dictaminaren que se lleve adelante, se pondría en marcha el plan B”, señaló el ministro de Recursos Naturales No Renovables, Wilson Pástor, al diario El Universo de este jueves.

El funcionario recordó que, por “instrucción” del mandatario Rafael Correa, sólo se explotaría uno de los tres campos incluidos en la iniciativa Yasuní-ITT contra el calentamiento global, aunque planteó la posibilidad de que sean dos.

“Tiputini y Tambococha podrían ser objeto del plan B. Para llegar a eso primero hay que consultar a la Asamblea (Legislativa). Ishpingo no se lo va a tocar”, sostuvo el ministro, indicando que la primera de esas áreas está mayoritariamente fuera del parque Yasuní.

Pástor evocó también que Correa pidió avanzar en la consecución de la licencia ambiental en caso de que no prospere el proyecto, en el que Quito espera recibir 3.600 millones de dólares, equivalentes al 50% de lo que percibiría si vende los 846 millones de barriles de crudo de los tres campos (20% de sus reservas).

El pasado 3 de agosto, Ecuador y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) constituyeron un fideicomiso para canalizar los fondos que el país recibiría de la comunidad internacional.

Las partes se fijaron un plazo de 18 meses para recaudar un mínimo de 100 millones de dólares, al cabo de lo cual la iniciativa será revisada.