¿También creías que Napoleón era bajito o que el hombre evolucionó del mono?, éstas son sólo dos de tantas otras afirmaciones populares que damos por ciertas, cuando en realidad no son más que mitos.

Por ello, hoy te revelamos la verdad acerca de algunas de esas mentiras históricas de dominio público que aprendiste alguna vez en la escuela o te enseñó algún familiar durante la infancia (Vía De10):

1. Los sabores no son percibidos por distintas partes de la lengua: Desde pequeños nos han enseñado que la lengua distingue los diferentes sabores (salado, dulce, ácido, etc) con distintas partes de su anatomía. Sin embargo, esto es falso, pues si bien este órgano tiene distintos tipos de papilas gustativas para identificar cada sabor, éstas no se encuentran agrupadas en zonas identificables, sino que están todas juntas.

Foto: SmilePanic

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2. Napoleón no era tan pequeño: Siempre se ha creído que Napoleón Bonaparte no superaba el metro 50 de estatura, pero la realidad es otra. Según los historiadores, este legendario francés medía más de 1.70 metros y la altura promedio de los hombres de la época era de 1.69. Esta creencia pudo haber surgido porque este militar tenía fama de “bajo”, pero no por su estatura, sino que por ser considerado de bajo nivel, ya que era común verlo borracho con soldados de menor rango.

Napoleoón Bonaparte

Napoleoón Bonaparte

3. Los ratones no aman el queso: Si bien los ratones pueden comer queso, no es su comida favorita. Estos roedores prefieren los alimentos altos en azúcares.

Jerry nos mintió

Jerry nos mintió

4. El agua no corre a la inversa en cada hemisferio: Se cree que el agua se va por el desagüe en dirección distinta dependiendo del hemisferio en que esté. Pero esto no es cierto, pues que gire hacia un lado u otro no depende del hemisferio. (Ver más información aquí)

Foto: Gen Ciencia

Foto: Gen Ciencia

5. El hombre no viene del mono: Si bien la teoría de la evolución establece que hay ciertos puntos en común entre el hombre y el mono, en ninguna parte señala que los humanos desciendan directamente de este animal. Cada especie se desarrolla sobre su propia base.

Nuestros antepasados no son monos

Nuestros antepasados no son monos