Suman y siguen los reclamos de damnificados del terremoto, contra los bancos que les dieron los créditos hipotecarios y las aseguradoras que día a día intentan minimizar los daños para, por supuesto, pagar menos de lo que corresponde. Pero preste atención al siguiente informe, acá le daremos a conocer la letra chica, esa que las aseguradoras insisten en ocultarle.

Hace sólo unos días la Superintenencia de Valores y Seguros entregó un instructivo a las empresas aseguradoras, liquidadoras y corredores de seguros para reforzar sus mecanismos de atención, información y asesoría a los clientes ante la proximidad del vencimiento de los plazos de liquidación.

Pero parece que estas corporaciones han hecho caso omiso a la autoridad, o bien han dado muestra de una ineficiencia antojadiza. Así al menos lo reflejan los cientos de reclamos tanto en la Superintendencia, como en La Radio.

Clientes de Banco Estado, de Banco Chile, Corpbanca, Bice Hipotecario, entre otros, acusan un actuar negligente de entidades financieras, aseguradoras y liquidadoras, los denominados tríos del aprovechamiento.

Entre tanta debacle, nos encontramos con MAE, un grupo de profesionales, compuesto por arquitectos, abogados, ingenieros calculistas, entre otros, todo un equipo multidisciplinario. Éste se especializa en evaluar siniestros y en asesorar en liquidación de seguros, que se han convertido en el enemigo número 1 de las aseguradoras.

Y ¿sabe por qué los odian tanto?, precisamente porque hacen que éstas paguen lo que corresponde realmente y no las migajas que pretenden dar a algunos clientes.

¿Cuál es el truco de MAE?, se preguntará usted, lo mismo le consultamos a su relacionador público Gonzalo Arriagada, y esto nos respondió.

Las quejas de los clientes apuntan precisamente a la falta de información. ¿Sabía que el presupuesto de los daños en su casa, y por el cual seguramentente usted pagó ya sea a un maestro, a un arquitecto, a algún ingeniero, deben ser pagados por la aseguradora?

¿Le dijeron sus liquidadores, que usted puede contratar asesorías externas para apelar si no le parece bien el monto a finiquitar, y que eso tampoco tiene costo, pues las pólizas contemplan pagos a honorarios, en caso de que necesite asesorías?

¿Le informaron además que el famoso deducible de 25 Unidades de Fomento que tanto le han enrrostrado las aseguradoras, corre sólo en caso de daño de terremoto, y no por daños ocasionados por salida de mar?

¿Le contó el Banco en el que pidió el hipotecario, cuál es el tope de su poliza? Seguramente si es de Banco Estado no se lo informaron porque en el banco de todos los chilenos, las pólizas son “colectivas”, otro requisito legal, por cierto.

Seguramente NO se lo informaron, no le dijeron nada de esto como debían, porque evidentemente no les conviene, ya que es mucho más fácil un cliente desinformado, al que tramitan y tramitan hasta que desista.

Gonzalo Arriaga, del Grupo MAE, cuenta cómo hasta ellos han llegado clientes de Mapfre, de Liberty, de RSA, de Chilena Consolidada, a quienes pretenden pagarles 500 o 700 mil pesos, en circunstancias en que los daños son millonarios.

Así como existe MAE, existen otros profesionales que asesoran y hacen informes para enfrentar a las aseguradoras y a los Bancos, que con este terremoto y tsunami han demostrado la bajeza del sistema, en que lejos de prestar ayuda, han puesto más obstáculos a los damnificados, y no han dejado pasar oportunidad para seguir enriqueciéndose…porque usted mes a mes debió pagar responsablemente el seguro.

Cuento aparte, es la actitud de Banco Estado que ya le contamos en crónicas anteriores, entidad que retiene los pagos de los seguros por varias semanas, y que además arbitrariamente decidió pagar en cuotas si los daños de su casa supera el millón 300 mil pesos. Muchos clientes cuestionan esta medida, pues el banco gana intereses en retener el dinero, los cuales evidentemente no se traspasan al pago de pólizas.

Y como si fuera poco la desfachatez, ahora resulta que las aseguradoras anuncian que a contar de septiembre subirán los seguros, a consecuencia del terremoto, como si los desastres naturales fuesen culpa de los clientes.