El ex dictador argentino Jorge Videla y otros 30 acusados por crímenes políticos en un juicio en la ciudad de Córdoba (centro) abandonaron el martes la sala del tribunal en desagrado por la presencia del juez español Baltasar Garzón, constató un periodista de la AFP.

Poco después de iniciada la audiencia, todos los imputados, incluidos Videla y el ex jerarca militar Luciano Benjamín Menéndez, se retiraron de la sala en una muestra de descontento por la presencia entre el público de Garzón y del secretario argentino de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde.

Videla, de 85 años, y el grupo de militares y policías acusados por el asesinato de 31 presos políticos durante la última dictadura (1976-83) siguieron luego las alternativas del juicio a través de un monitor instalado en una sala contigua.

Al declarar ante los jueces en Córdoba el 6 de julio pasado, Videla desconoció la autoridad de un tribunal civil pero admitió su responsabilidad sobre “todo lo actuado” en la dictadura, que dejó 30.000 desaparecidos, según organismos humanitarios.

El ex dictador fue condenado a prisión perpetua en el juicio a las juntas militares de 1985, e indultado en 1990, mientras que Menéndez, jefe militar en una extensa región de Argentina en el régimen de facto, fue condenado a cadena perpetua en tres ocasiones en otros juicios por violar los derechos humanos.

En 1998, Videla fue encausado por robo de bebés (delito no alcanzado por el indulto) y tres años más tarde por su responsabilidad en el Plan Cóndor, de coordinación represiva de las dictaduras sudamericanas en los años 70 y 80.

Tras la anulación en 2003 de las leyes de amnistía, sumó otras imputaciones.

El juez Garzón, suspendido en sus funciones por impulsar un juicio en España por los crímenes políticos durante la guerra civil (1936-39) y en el período del franquismo, participará el martes de un acto para postular a la entidad humanitaria Abuelas de Plaza de Mayo al Premio Nobel de la Paz.