La ciudad japonesa de Nagasaki conmemoró el lunes el 65º aniversario del lanzamiento de la segunda bomba atómica estadounidense, después de la de Hiroshima, en presencia de los representantes de 32 países, incluyendo por primera vez a diplomáticos de Francia y Gran Bretaña.

La bomba de plutonio, apodada “Fat Man” por los pilotos estadounidenses, explotó sobre Nagasaki el 9 de agosto de 1945, liberando radiaciones y una onda de calor de varios miles de grados centígrados que costaron la vida a más de 70.000 personas.

La explosión de esta segunda bomba atómica, llevó a que Japón se rindiera 6 días más tarde, el 15 de agosto de 1945.

Estados Unidos, que envió a su embajador John Roos a la ceremonia en Hiroshima el 6 de agosto por primera vez desde el final de la guerra, no estaba representado en Nagasaki, oficialmente debido a la “agenda sobrecargada” de su diplomático.

Convencidos de que los ataques nucleares eran necesarios para poner fin a la guerra, Estados Unidos nunca ha aceptado presentar sus excusas por la muerte de 210.000 personas, la gran mayoría de ellos civiles.

“Japón, como la única nación que ha sido víctima de bombardeos atómicos en tiempos de guerra, tiene la responsabilidad moral de liderar la lucha para construir un mundo sin armas nucleares”, afirmó el primer ministro japonés Naoto Kan en su discurso, repitiendo lo que había afirmado en Hiroshima.

Diplomáticos franceses y británicos asistieron a la ceremonia como un gesto de apoyo al movimiento en favor del desarme nuclear mundial. Un representante de Israel también asistió a la ceremonia por primera vez.