La película del francés Xavier Beauvois, “Des hommes et des dieux” (Hombres y dioses), que recrea los últimos meses de vida de unos monjes asesinados en Argelia en 1994, ganó el domingo el Gran Premio del Festival de Cannes.

Con una gran economía de medios, en armonía con la vida monacal, el realizador supo recrear a través de miradas, de imágenes sobrias, el clima de angustia que poco a poco invadió a los monjes, en medio de la espiral de violencia entre islámicos radicales y el ejército argelino.

Interpretado por un elenco formidable, en el que destacan Lambert Wilson, como líder espiritual del grupo, y Michael Lonsdale, el filme evita caer en el clásico discurso político o religioso demagógico, creando empatía en el público con los personajes y mostrando, en estos tiempos de dogmatismo, cercanía entre dos tradiciones religiosas.

La película de Xavier Beauvois se inspira libremente en los últimos meses de vida de los monjes, antes de que fueran secuestrados una noche de su monasterio en las montañas del Atlas, y asesinados.

Retratando sus plegarias de la mañana, sus cuidados a la población musulmana de los alrededores, las cenas donde escuchan recitar salmos, el filme logra comunicar sus miedos, sus dudas de si irse o quedarse, ante la inminencia de la tragedia, aún no esclarecida.

“Es poco frecuente en los tiempos que corren, donde prima el egoísmo, que haya gente que tiene compasión y se ocupa de los demás, que respeta su religión”, declaró el realizador en Cannes.