Los recuerdos de un grumete chileno que sobrevivió al hundimiento de su buque, embestido por el entonces navío peruano “Huáscar”, inspiraron “La Esmeralda 1879″, un film que recién se estrena y que narra este emblemático episodio bélico de la Guerra del Pacífico.

La cinta, que tardó cinco años en producirse, fue dirigida por el chileno Elías Llanos y se realizó con un presupuesto de 5 millones de dólares, lo que la convierte en la más cara de la historia chilena.

“La película se cuenta desde la mirada de un marino normal, no desde el capitán o los oficiales. Es el que casi menos grado tiene en el buque, es la mirada de un marinero simple dentro de la Esmeralda”, detalló el director de la película a la AFP.

Wenceslao Vargas, interpretado por el actor chileno Fernando Godoy, se enroló muy joven como grumete en el buque chileno “La Esmeralda” tres días antes del combate el 21 de mayo de 1879 en el puerto de Iquique, en ese entonces peruano y que en virtud de esa guerra pasó a manos chilenas.

El marino peleó, vio morir a sus compañeros y hundirse el buque que tripulaba tras recibir los cañonazos y espolonazos del “Huáscar” y fue rescatado de las aguas, junto con otros 56 sobrevivientes, por orden del comandante de esa embarcación, el peruano Miguel Grau.

Con el tiempo Vargas se convirtió en el último sobreviviente chileno de ese combate y era invitado a dar charlas a escolares y cadetes.

“Wenceslao murió en 1958, así que pude conversar con su hijo, que me contó varios aspectos de la vida de su padre. Algo que a él lo marcó, y que siempre repetía en sus charlas, era la caballerosidad de Grau, que rescató a los sobrevivientes en vez de eliminarlos”, precisó Llanos.

El filme narra las penurias de las tropas chilenas y la inmolación y heroísmo de Arturo Prat, el comandante de “La Esmeralda” que cayó abatido tras intentar un abordaje al “Huáscar”.

Gran parte del presupuesto financió las réplicas de la Esmeralda -que debió ser hundida durante la película, tal como ocurrió en la vida real- así como la del “Huáscar”, a la que además se le colocó un motor de lancha para que sus movimientos en el mar se vieran reales.

Para armar la historia Llanos visitó museos, revisó fotos de la época para los uniformes y leyó las cartas de los sobrevivientes que relataban detalles del combate, así como libros de historia chilenos y peruanos.

Al preestreno fueron invitadas las autoridades diplomáticas peruanas en Chile. “Hablé con ellos y resaltaron el tratamiento que le dimos a la participación de Grau”, comentó Llanos.

Patricio Jara, periodista y autor del libro “Prat”, señala en el diario La Tercera que el guión del filme “recrea con certeza diálogos notables y escenas que sólo se hallan en la correspondencia de los sobrevivientes enviadas a Chile mientras estaban prisioneros en Iquique”.

Chile libró una guerra contra los aliados Perú y Bolivia a fines del siglo XIX, en la que anexó a sus territorios las actuales regiones de Arica y Tarapacá (que pertenecían a Lima), y Antofagasta, entonces bajo dominio de La Paz.

Este conflicto dejó a Bolivia sin acceso al mar y abrió múltiples heridas en las relaciones entre los países, que son materia de divergencias hasta la fecha.